Mientras Bolivia, bajo la presidencia de Evo Morales, es expoliada por la chilena NMM Quirobax con $ 42.600 MM por negligencia jurídica, “espionaje” y “revelación de secretos” de Estado (Franz Barrios, 2018). Mientras ya se pagó más de $1.000 MM por las “nacionalizaciones”. Otras, trasnacionales alistan juicios ante Ciadi, pretendiendo más de $5.000 MM, por “daños”. Mientras, el Presidente “valora” el mundial de fútbol en Rusia, argumentando firmar tratados -y alianzas (¿geopolíticas?)- con otro imperialismo: el ruso.
Evo Morales (reitera) se reunió con el “jefazo” Vladimir Putin, que se mantiene (autoritariamente) 19 años en el Poder. ¿Su estrategia?, “liquidó” todo tipo de oposición, para mantener la ficción de un “comunismo” trasnochada. La ex URSS, ahora Rusia, se ufana por el mundial de futbol (2018). Sí, ese “deporte” que es un gran “negocio”, que cada 4 años obnubila a millones de personas, en una catarsis, generando actitudes patrioteras. Con el fútbol pomposo la FIFA maneja miles de millones de dólares (no deja escapar ni un centavo) y todo lo relacionado con publicidad, transmisiones, banderines, mascotas, etc. Los “clubes” o empresas, ficticiamente, representan a un país, donde la euforia del gol por amor a la camiseta, al país, es una ficción. Y es que “al mundial se va a matar o morir” (APP Sochi-Rusia, 2018) por dinero.
No todos los futbolistas la tienen fácil, deben superar todas las adversidades (matar o morir), pues está en “juego” mucho dinero ¿Amor al deporte? El fútbol ni siquiera es una profesión. Algún neófito comentarista boliviano, sin argumentos técnicos, desnuda ese carácter empresarial al sugerir que: “las estrellas” deben ser cuidadas por los árbitros. Ese comentario denota que el mundial es un “deporte florero”, pues lo crucial es el capital invertido y por ello debe cuidar a los, entre otros, Messi, Ronaldo, Neymar, Cavani, Mascherano, Lukaku, Kane, etc. Las empresas o “clubes” emplean jugadores (trabajadores) que “chutean” (trabajan 90’) un pedazo de cuero para lograr un producto (los goles) por un salario que bordea, entre otros, los $ 40 MM de salario al año. Los de baja categoría, oscilan entre los $ 150.000 a 200.000. En Bolivia algunos ganan entre los $ 6.000 a los 25.000 mensual.
Esos salarios me permiten imaginar cuánto ganan las empresas (clubes) y los jugadores estrella. Es la otra cara del fútbol que pocos se atreven a valorar. Los miles de millones de dólares degeneran el espíritu del deporte del fútbol. Muchos -únicamente- “juegan” por dinero. Las personas se conforman con la catarsis (mi país, mi equipo, etc.) en la que se sumergen. Un “triunfo” o “derrota” induce (al fanático) a un exacerbado frenesí o suicidio. Este “futbolerismo” es la ficción que cada 4 años se presenta como una “guerra internacional” donde todos creen tener las mismas oportunidades. ¡Mentira! En un comentario Piqué denuncia: “los árbitros favorecen a los “grandes” jugadores, clubes o países, posicionados como “mundialistas”, son los privilegiados, bajo la tutela de La FIFA, y por ello, el ente matriz –pareciera- ya tiene determinado quién será el “campeón”. ¿Qué pasó con Colombia? El árbitro no actuó con ética, ¿a Nigeria? le “eximieron” un penal con el que clasificaba. Esa es la “cara” inadvertida del mundial.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |