Angustiante: aumentó el consumo mundial de cocaína

Según informes de Organización de Naciones Unidas para la Droga y el Delito (Onudi) la cocaína se encuentra en plena expansión, ha aumentado su producción, además del tráfico y consumo. Los datos revelan que se aceleró la producción de cocaína debido especialmente a que aumentó el número de hectáreas cultivadas de coca. Onudi señala que “tras 13 años de tendencia a la baja y alto consumo en Estados Unidos, Europa y Asia, los cultivos comenzaron a aumentar hasta llegar a las 213.000 hectáreas cultivadas. De ellas, el 68,5% está en Colombia, un país que ha visto cómo se ha triplicado la superficie dedicada al cultivo de hoja de coca”.

Según la ONU, esa expansión se debe a varios factores, como la sensación de que ha disminuido el riesgo para los cultivos ilícitos, debido a la disminución de los programas de erradicación de cultivos mediante fumigación aérea con herbicidas. Uno de los motivos para esa disminución es que “muchos campesinos se han decidido a plantar coca con la esperanza de poder acceder a programas de sustitución de cultivos”. La Onudi señala también “haber verificado un aumento de las plantaciones de coca en Perú y en Bolivia, debido a cambios en las políticas de erradicación”. (ED 27-6-18).

De tiempo en tiempo, los informes de Naciones Unidas sobre la producción de drogas son alarmantes y preocupantes por el hecho de que el incremento es cada vez mayor y es debido a que los consumidores han adquirido la costumbre de “pasarla bien con drogas, sin importar que, con ese consumo, atentan contra su vida”. Las naciones productoras normalmente no son los países ricos y desarrollados, son naciones donde hay altos grados de pobreza y, al menos de momento, sin esperanza de que puedan vencer a corto plazo al subdesarrollo y dejar de depender, en alguna forma, de la economía de las drogas. Los países ricos consideran que son las naciones pobres las que “deberían evitar la producción” y no quieren darse cuenta de que ellos podrían también combatir al vil negocio invirtiendo, creando riqueza y generando empleo en los países pobres; esta es la única forma en que se impedirá que los pobres engrosen cada vez más los cuadros de productores de coca y droga.

La cocaína y demás productos alucinógenos, que son venenos en potencia, han cobrado más muertos que todas las guerras habidas y no son los empresarios del narcotráfico los que tomarán conciencia de los derechos humanos, ya que, para ellos, son simple instrumento para el enriquecimiento. Lo que hay que hacer está en manos de los ricos y desarrollados, al margen de que se debe incrementar las labores de erradicación de cocales, destrucción de fábricas y medios para el transporte y comercialización del letal producto.