Un nuevo aniversario de la Revolución Libertadora de 1809 es propicio para ver que el desarrollo del departamento de La Paz permanece en la indiferencia de los poderes públicos y es visto por éstos hasta con desprecio. Infelizmente La Paz carece de voces firmes que reclamen por ella. Diputados y senadores por el departamento tanto de la oposición y peor del oficialismo no canalizan proyecto, iniciativa o reclamo que sacuda esa indiferencia. Qué diferencia con sus colegas del interior que compiten en la defensa de sus terruños.
Como de costumbre, esta fecha cívica se ve huérfana de algún aporte visible de crecimiento. Por encontrarse el país prácticamente en año electoral, el Órgano Ejecutivo anuncia 150 obras en todo el departamento, que no pasan de ser un anuncio más. En vía de consuelo el Gobierno entregó el aeropuerto en Copacabana, obra iniciada ya en años anteriores. También el tramo de doble vía Huarina- Achacachi, carretera desde luego preexistente en una vía, y el año pasado el tramo Río Seco-Huarina, así la vertebración paceña avanza penosamente, por tramos. El Alto recibió algunas obras menores, efectuadas sobre todo con fines electoralistas. En 12 años no se conoce inversiones de desarrollo y dotadoras de empleos permanentes y seguros.
Sin pedir demasiado, tampoco los portentos naturales de este territorio merecen mínima atención del Gobierno Nacional, en orden a su conservación. El oro y otros minerales del Illimani son objeto de saqueo a manos chinas y cooperativas. El lago Titicaca sufre una contaminación sin nombre por los desechos de las poblaciones circundantes, y los clamores para obras de saneamiento caen en saco roto. Estos problemas por su costo debe asumirlos necesariamente el Gobierno Central. La salud en La Paz es la más descuidada. No tenemos radioterapia ni aceleradores lineales para el tratamiento del cáncer. Entre los 35 nuevos hospitales propuestos por el Gobierno, ninguno tendrá por sede la ciudad de La Paz.
La codiciada riqueza aurífera del norte de La Paz igualmente sufre la depredación más inicua y se encuentra en “tierra de nadie”. Chinos, colombianos y nacionales se benefician, libres de impuestos y regalías, en perjuicio del departamento. La incuria de los parlamentarios de La Paz contrasta con la preocupación del diputado del oriente Yerko Núñez, único personaje que llegó hasta la lejana provincia Inquisivi y constató que decenas de maquinaria pesada y de camiones trabajan incesantemente en el acopio de enormes cantidades de oro, en especial en los ríos Chaqueti y Kaka. Hace pocos días se enfrentaron comuneros de lugar y del municipio de Inquisivi con la cooperativa Ullacaya, dejando el saldo de un muerto y 4 heridos graves, todos de bala. Los mejor armados son dueños de estos parajes en disputa con los originarios ante la ausencia del Estado.
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