Pan y fútbol

Concluida la fiesta futbolística, que mantuvo en vilo al mundo entero durante casi un mes, y obtenidos los lauros de la merecida victoria del equipo francés, como por arte de magia todo vuelve a transportarnos a la rutina del quehacer cotidiano, salvo algunas expresiones de violencia por parte de S.E., que inspirado en la pasada contienda deportiva, señaló en la población yungueña de la Asunta que, a los opositores que asoman por esos lares para realizar talleres, seminarios o dictar cursos, deberían “sacarlos a chutazos”, porque no tienen ninguna autoridad moral para estar confundiendo a la población (SIC).

Tamaño dislate nos debe llamar a una profunda reflexión, ya que a estas alturas de nuestra vida democrática, cuando se nos miente y trastoca todos los valores de una sana convivencia ciudadana, dudamos que por medio de chutazos o rodillazos se nos induzca a acatar todos los despropósitos que en nombre de la democracia se viene cometiendo, como es el hecho de pretender legitimar una reelección presidencial, cuando nuestra propia Constitución Política del Estado lo prohíbe terminantemente y es más, cuando se desconoce un referéndum que ha dictaminado el 21 de febrero de 2016, que los bolivianos no estamos de acuerdo con dicho desatino.

Es más, a medida que Bolivia dice NO, pareciera que los integrantes más oscuros del sistema o instrumento político, como les gusta llamarse, se pusieran de acuerdo en destapar nuevos e inauditos actos de corrupción que hieren profundamente la sensibilidad y la inteligencia de los pueblos, hasta el extremo de despertarles sus más enérgicos instintos de repudio. De ahí que al intentar modificar lo inmodificable, con el único propósito de perennizarse en el poder y satisfacer sus ansias personales, la democracia se les convierte en un obstáculo y un estorbo, por lo que, a tiempo de pretender vencerlos, incurren en abusos y arbitrariedades que terminarán destruyéndola.

Es entonces cuando, para granjearse el apoyo de las masas, se echa mano al más descarado asistencialismo, emulando la práctica romana de proveer trigo gratis a los ciudadanos romanos, así como costosas representaciones circenses, y otras formas de entretenimiento, como medio de granjearse su apoyo y poder político a través del populismo, método bautizado con la frase “Pan y circo” por el poeta romano Juvenal, en sus famosas sátiras de hace dos milenios.

En el transcurso de este último mes, cuando gran parte de la humanidad se ha visto embelesada por el torneo mundial del balompié, ha sucedido una gran cantidad de acontecimientos que harían sonrojar incluso a la momia de Al Capone, empero, desde los luctuosos hechos de la UPEA, hasta el asombroso escándalo de Quiborax, cuya sola mención nos expone a que nos saquen a chutazos, pareciera que nada ha ocurrido en esta villa del Señor, siendo la única explicación probable, que fuimos presa de la ensoñación del Pan y el Fútbol.