Las buenas intenciones entre Bolivia y China

La visita relámpago de Evo Morales Ayma a China y una entrevista entre el presidente boliviano y el chino, Xi Jinping, despertó optimismo entre la población y en particular en los agricultores de soya, café y quinua. El gran mercado de consumo chino, de casi mil quinientos millones de habitantes, se abrirá a la producción de Bolivia, país de diez millones de habitantes, de los cuales un tercio se dedica a la agricultura todavía con arado egipcio.

Pero si bien esa noticia trajo satisfacción, de inmediato se convirtió en algo decepcionante al observar los acuerdos aprobados entre los gobernantes de Bolivia y China, ya que se limitan a buenas intenciones o pompas de jabón.

El embajador chino en Bolivia, Liang Yu, aseguró en entrevista de prensa (15 julio) que “empezamos (!) estudios para llevar a cabo “algunas obras”, pues considera que Bolivia y China ya son “socios estratégicos”, objetivo genérico que será posible realice “un proyecto que se está planeando (!)” para que Bolivia exporte “en un futuro próximo”, sin que nada concreto se especifique.

Por dicho “planeamiento”, Bolivia se incorporará a la “Ruta de la Seda” (!) con un nuevo tipo de relaciones basado, por supuesto, en buenas intenciones, como ser el último trazo de la doble vía entre La Paz y Santa Cruz (?). También está el “deseo” de Evo Morales de que Bolivia tenga en el futuro un tren interoceánico de alta velocidad, idea que tuvo en oportunidad de viajar en un tren de alta velocidad en su reciente visita a China y por el cual el mandatario boliviano quedó sorprendido.

También el gobierno chino estudia (!) “el mucho interés (que tuvo el presidente boliviano) sobre aviones, entrenadores y drones” que ofrece la firma china CATIC… para combatir el narcotráfico” y, además, “se habló de estudiar la compra de un nuevo satélite”. Así mismo, se conversó sobre que el Banco Asiático de Inversiones estudie (!) “los procedimientos de un aporte inicial” a Bolivia y que “Se introducirá financiamiento del Banco asiático para proyectos de infraestructura” y que no tiene la intención “de quitar funciones al Banco Mundial o del FMI”, con el que “quiere complementar el sistema de financiamiento”.

En fin, se trata de una serie de ofrecimientos basados en estudios, charlas, planeamientos y consideraciones, es decir bellas intenciones de las que está empedrado el camino al infierno, sin contar las referidas a las admirables ofertas de exportación de soya, café, quinua y otros.