Investigador Ricardo Calla
• El sociólogo observó la falta de estadísticas demográficas del sector cooperativista e identifica cinco subsectores inmersos entre la formalidad y la ilegalidad
La ausencia de datos estadísticos y demográficos del sector cooperativista minero dificulta el control de la explotación aurífera y el uso del mercurio en los ríos de la Amazonía afirmó el investigador Ricardo Calla, quien identificó, al menos, cinco subsectores inmersos entre la formalidad y la ilegalidad.
Durante el ciclo del foro debates: “Informe sobre la situación del país de la minería: situación y perspectivas” organizado por la Cátedra Libre Marcelo Quiroga Santa Cruz, el académico identificó subsectores del sector cooperativista minero del país y alertó sobre las graves consecuencias que tiene el uso descontrolado del mercurio en la explotación aurífera.
Cuestionó que a la fecha no se cuente con información oficial sobre los diferentes actores mineros, y menos aún, un censo demográfico de las cooperativas inmersas en la actividad aurífera. “Hacia el 2014 había más de 1.000 cooperativas, pero tampoco sabemos dónde se ubican geográficamente, no tenemos registros, los poblamientos son inciertos, suele decirse que son 150 a 160 mil cooperativistas, pero estamos en la luna, no sabemos cuánta gente está en el sector”, dijo.
En cuanto al sector aurífero dijo que las mismas organizaciones que agrupan al sector cooperativista manejan diferentes cifras que oscilan entre 60 y 80 mil cooperativistas activos. “No tenemos estadísticas claras, hay ausencia del Estado, no sabemos el ABC en términos demográficos de estadísticas base”, aseveró.
SUBSECTORES DE MINERÍA AURÍFERA
Calla dijo que el sistema cooperativista minero mezcla en su estructura subsectores inmersos en la ilegalidad con la legalidad, la formalidad y la informalidad, “tiene muchos entramados específicos, tiene que ver con la explotación con procesos legales formales también, hay muchas cooperativas formalmente legales y otras no registradas”, indicó.
En su calidad de investigador, Calla calificó a la minería aurífera en el país como un asunto muy complejo debido que a la presencia de empresas privadas medianas y mayores de capitales internacionales y o nacionales, que muestran un panorama complejo, y que pueden tener presencia legal o ilegal.
También señaló que hay otro subsector de cooperativas auríferas formalmente conformadas y registradas, mientras que un tercer subsector de cooperativas auríferas tiene su registro en trámite, por tanto no son estrictamente formales.
Un cuarto subsector dijo que se trata de auto-organizados que se autodenominan cooperativas, están dedicados a la explotación aurífera sin autorización legal ni en trámite y en condiciones laborales exentas de cualquier pago de impuestos y aportes a federaciones.
El quinto subsector identificado por el académico es el de los trabajadores parcialmente organizados que son los barranquilleros. “Son los más pobres en el esquema de la explotación, están en la miseria, casi a punto de ser mendigos, es el sector más pobre que quiere plegarse a alguna cooperativa para que le den un pedacito (de área) para lavar su oro (…). El barranquillero es un empleo informal y se convierten en trabajador asalariado”, dijo.
En análisis del investigador, el aporte de la investigación periodística de ANF: “Chinas y colombianas explotan ilegalmente oro en la Amazonía”, es muy destacable al momento de ver estas formas de explotación.
“De hecho, hay un subsector de cooperativas auríferas formalmente conformadas, que tienen derechos y tienen registros y utilizan esa formalidad para hacer tratos y asociaciones con capitales internacionales, chinas o colombianas; es decir, que siendo formales entran en la ilegalidad con contratos de aprovechamiento de capital transnacional para meterse en negocios con capitalistas chinos que han llegado a imponer una muy fuerte tecnología en toda la región”, dijo en alusión al reportaje.
CONTAMINACIÓN CON MERCURIO
Calla afirmó que la mayor presión de la actividad aurífera están soportando los ríos amazónicos del norte del país, lo que implica a su vez fuertes impactos ambientales por el uso indiscriminado y sin control del mercurio.
Al referirse a las áreas de explotación aurífera tradicional como son los municipios de Guanay, Teoponte y Mapiri y otros dijo que los ríos Tuichi, Suches, Madera, Itenez, Kaka y Beni prácticamente se encuentran envenenados por el uso del mercurio.
Dijo que aproximadamente se utiliza en la explotación aurífera 100 toneladas de mercurio al año, de las cuales el 55 se va hacia las aguas y suelos y el 45% son emisiones de mercurio que se van hacia el aire.
“Seguramente ustedes comen pescados del río Beni, todos los días se vende en el mercado, se está llevando pescado contaminado, no coman más pescados del río Beni”, insistió el investigador.
Calla también aprovechó la ocasión para instar a los asistentes a no permitir la construcción de la mega represa de El Chepete y Bala, debido a que el mercurio acumulado en el río Beni se convertirá al hacer contacto con el agua fría estancada en metilmercurio, una sustancia neurotóxica letal para los seres humanos y la vida animal y vegetal, que entre otras cosas, causa esquizofrenia entre los indígenas envenenados con la sustancia.
El ciclo de foro debates sobre minería fue organizado la Cátedra Libre Marcelo Quiroga Santa Cruz de la UMSA en coordinación con el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla), Fundación Jubileo y Erbol. (ANF)
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