Cuba: socialismo y comunismo

Desde los tiempos de la antigua Grecia, se ha establecido dos líneas ideológicas en el pensamiento político del mundo, el colectivismo de Platón y el individualismo de Aristóteles, basados en la propiedad o no propiedad, que están y seguramente estarán marcando la política de los pueblos organizados en Estados, con sus variables influidas por una u otra.

En los mil años de la Edad Media, el pensamiento ideológico político estuvo supeditado a la Teología, lo que no importa que no hubiese habido pensamiento político, pues San Agustín fue platónico y Santo Tomás aristotélico. Con el Renacimiento estas dos líneas ideológicas estuvieron nuevamente en confrontación, entre el absolutismo monárquico y el republicanismo democrático, pues no olvidemos que Marsiglio de Padua ya en el Siglo XIII planteó que ni el poder de los reyes ni el del Papa venía de Dios, sino de los hombres, y más tarde en Inglaterra las revoluciones de 1646 y 1668 sujetaron al poder político a la Constitución, dando lugar a la monarquía constitucional, con importante poder del Parlamento.

La Revolución norteamericana de 1776 y la francesa de 1789 pusieron de moda el liberalismo democrático y en 1848 se publicó el “Manifiesto Comunista” de Carlos Marx y Federico Engels, poniéndose en la mesa de la teoría política estas dos líneas ideológicas, haciéndose en alguna medida realidad el socialismo-comunismo en la Revolución rusa de 1917.

En Latinoamérica el primer régimen de gobierno de corte socialista-comunista fue el de Cuba, instalado en 1959, que se ha mantenido durante 59 años en el poder, regimentado por los hermanos Castro y el recién elegido heredero de ese poder está poniendo en ejecución algunas medidas hacia el capitalismo, que fueron tomadas tímidamente antes por Raúl Castro, como la apertura a la iniciativa individual de algunas actividades de servicios.

El anteproyecto de nueva Constitución que está debatiéndose en la Asamblea del Poder Popular Cubano (Legislativo), incorpora algunos elementos fundamentales de cambio en la orientación ideológica del régimen castrista, comenzando por reconocer la propiedad privada, que anteriormente en su constitución de 1976 no existía, pues todo era del Estado. Esta medida surge debido al agotamiento del modelo anterior que determinó un estado de mediana pobreza general y, por supuesto, un estancamiento en el desarrollo. Esta medida además pretende abrir a la inversión extranjera la economía cubana.

Otra de las propuestas es que el ejercicio del poder no podrá estar más de 10 años a cargo de un individuo. Esta medida ya fue aprobada en el V Congreso del Partido Comunista de Cuba, luego de asumir la primera autoridad Raúl Castro. Esta medida limitativa del autocratismo de los regímenes de corte totalitario debería ser tomada por los seguidores y admiradores del régimen cubano, que están en el ejercicio del poder más de una década, como los regímenes populistas latinoamericanos, que se niegan a dejar el poder, no importa a costa del hambre, miseria, ilegalidad y muerte de sus poblaciones.

Otra de las medidas, y seguramente es la que merece mayor debate, es la supresión del término “comunista”, como modelo de Estado y mantener sólo el de socialista. Sin embargo, de acuerdo con doctrina, ambos conceptos hacen a la propuesta del marxismo-leninismo, pues la primera etapa de la revolución es la socialista o dictadura del proletariado, que tiene como finalidad liquidar a la burguesía capitalista y la propiedad privada de los medios de producción, aunque se anuló toda propiedad que no sea de bienes de uso. Y en una segunda etapa, cuando se haya efectuado la revolución socialista en todas partes, recién se pasaría a la etapa comunista, en la que desparecería el Estado y el Derecho, pues éstos están al servicio de la clase que posee los medios de producción y el poder, y como el socialismo habría liquidado la sociedad de clases, ya no son necesarios el Estado y Derecho. Esta etapa “utópica” no se ha dado en ninguna parte, y la dictadura bolchevique se derrumbó estrepitosamente con la caída del muro de Berlín.

El socialismo-comunismo o sólo socialismo de corte marxista, ha pasado a ser una teoría de estudio filosófico, pues la realidad del mundo ha demostrado su inviabilidad, y los países socialistas-comunistas del pasado siglo son hoy prósperos países en el modelo capitalista, como China, Rusia, Vietnam, etc.

El autor es abogado y politólogo.