Los contagiosos ritmos de vallenato con el acordeón de Eibar Gutiérrez y su banda Eterno Abril, abrieron el festejo en conmemoración del 208 aniversario de la Independencia de Colombia, para reflejar que la nación caribeña es "la tierra de la sabrosura", como dijo la embajadora Edith Andrade Paéz, en su discurso alusivo al importante festejo patrio.
Decenas de invitados, llegaron hasta la residencia de Calacoto, ese pedacito de Colombia en tierra paceña, que se convirtió en pista de baile y mucha diversión.
Al respecto, la anfitriona dijo que este género musical, reconocido por la Unesco como patrimonio cultural e inmaterial, es un sentimiento popular hecho canción, y que el Ministerio de Relaciones Exteriores de su país, a través del plan de "Promoción de Colombia en el exterior" quiere apoyar la evolución de este género y a sus nuevos exponentes que continúan el legado de los juglares.
En otros temas de su discurso, la diplomática colombiana destacó que el 2018 ha sido un año trascendente tanto en procesos democráticos electorales, como para la consolidación de la paz en Colombia, para los avances sociales y económicos, también se dieron logros en materia deportiva, reflejados en el Mundial de fútbol, y en los juegos sudamericanos Cochabamba 2018,
Finalmente, la anfitriona destacó la consolidación de las relaciones bilaterales entre Colombia y Bolivia, a través de diversos proyectos de cooperación en ocho áreas.
En representación del Canciller boliviano, habló José Enrique Colodro, viceministro de Relaciones Exteriores en ejercicio.
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