Angustias en el diario vivir de los pueblos surgen en cualquier parte y en circunstancias muchas veces impensadas; son expresiones de dolor que no siempre son comprendidas por los gobiernos y menos por los organismos internacionales, porque están latentes en lo más profundo de los pueblos que, en silencio, padecen muchas angustias y pesares.
Hace poco, la alcaldesa de El Alto ha expresado frases que muestran una necesidad: “detener todo lo que signifique tiranía y dictadura”, dos graves extremos que sufren muchos pueblos por la acción de gobiernos que muchas veces creen estar actuando conforme a los lineamientos legales y las normas morales que deben regir la vida, pero que, en realidad, se muestran como reflejos de realidades que se soporta, sea “porque no hay más remedio” o porque se aguanta actitudes y conductas de autoridades de cualquier rango que actúan con parámetros de absoluto totalitarismo.
Tomando como referencia la Proclama de la Junta Tuitiva del 16 de julio (aniversario de La Paz) dijo: “Nadie, absolutamente nadie, puede aprovechar esta conquista de libertad, ante todo porque somos personas y seres humanos que merecemos respeto y que, en el marco de los 36 años de democracia vigente en Bolivia las autoridades electas por voluntad del pueblo tienen la obligación de respetar y hacer respetar los principios de libertad y respeto instituidos por los próceres de la independencia. Tenemos la obligación de recordar estas fechas, de reflexionarlas, de practicar esa libertad, de mantener el respeto por este suelo… y también por nuestras futuras generaciones que merecen vivir en libertad y en democracia” (ED 14-7-18).
Lo expresado por la alcaldesa de El Alto es sentimiento y conciencia de los bolivianos; convicciones que a través de los años se han convertido en principios y fundamentos de vida para todos. Son principios aplicables a todos los gobiernos y a todos los pueblos y el pedido para que dictaduras y tiranías se acaben no solamente está dirigido a que concluyan los enfrentamientos, los desacuerdos político-partidistas sino a todo lo que implica atentar contra el bien común; a todo lo que causa graves daños al país, como es el narcotráfico, el imperio del contrabando y las actitudes de corrupción que no solamente dañan la moral del pueblo sino los intereses del Estado.
Se trata de un pedido que no puede claudicar ante quienes buscan imponer el derecho de la fuerza en sustitución de la fuerza del Derecho, que es la vigencia de la Constitución y las leyes. El pedido está dirigido a quienes poseyendo poderes políticos, económicos o de cualquier índole, contribuyan a que haya una lucha común en contra de la pobreza y que sentimientos de solidaridad con el pueblo obliguen a adoptar siempre las mejores medidas conducentes a conseguir un desarrollo armónico y sostenido del país.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |