Peculiaridades paceñas

Existen tantos y tamaños contratiempos en la sede de gobierno que nuestra gente ya sólo lo toma cual si fuesen peculiaridades, por cuanto algo así como el “no me importismo”, la desidia, o una costumbre malsana, impiden que se reaccione ante ello buscando soluciones para un mejor convivir que busque el mayor bienestar de los habitantes y estantes de la “ciudad maravilla”.

COMERCIANTES Y PRECIOS ELEVADOS

En estas últimas semana, aunque como siempre, aprovechando cualquier tipo de pretextos, los comerciantes en general, sobre todo los asentados en distintos puntos ya conocidos, procedieron a elevar el precio de sus productos hasta en dos, tres, seis o más bolivianos, sin que exista autoridad que pueda poder freno a esa “tradicional” actitud de “pescar en río revuelto”. Se disculpan exclamando: “es que todo también ha subido”. Eso basta para que nadie les reclame, lo cual sucede recurrentemente, y ya hace rato que viene a ser una “peculiaridad” de La Paz. ¿Quién debiera controlar y poner freno a esos excesos, o la libre oferta y demanda rige en forma tajante?

LA MEZQUINDAD TRANSPORTISTA

Ante la puesta en funcionamiento de una nueva larga ruta del bus municipal “PumaKatari”, que innegablemente colma la expectativa ciudadana de todos los barrios por los cuales se desplaza, los transportistas de las líneas de “minibús” han elevado el grito al cielo, e intentaron, felizmente sin mayores resultados, el bloqueo a ese servicio. Los vecinos protestaron y la alcaldía decidió mantener el recorrido. Dicen que las amenazas de los “maestros del volante” tienen tinte político porque el servicio del teleférico, por ejemplo hacia la feria alteña y otros barrios, les resta grandes cantidades de pasajeros, pero ante ello no expresan mayor resistencia.

Como fuere, en todo caso ambos servicios, teleférico y “Pumas”, vinieron a llenar y cubrir una sentida necesidad, recibiendo el aplauso de la colectividad, la misma que incluso ahora exige nuevas líneas de ambos hasta sus respectivas barriadas, por lo que protestar por ello no deja de ser una simple mezquindad, y a la vez una peculiar situación, cuando por el contrario debieran tender a su modernización prestando un servicio serio y eficiente.

ANUNCIOS DE MULTA DE HASTA 1.000 Bs

En distintos sitios de la urbe, en sus paredes, están pintados sendos anuncios en recuadros grandes, que advierten: “prohibido orinar, ensuciar y echar basura bajo sanción de una multa de 1.000 bolivianos”. Es otra “peculiaridad” paceña y ante ello las personas que los leen sólo mueven la cabeza en señal de total desaprobación, pues ¿cuántas personas han sido detenidas haciendo el uno o el dos, a más de dejar echar desperdicios en esos lugares, en plena vía pública?, que se sepa al parecer ni una. ¿Y no sería mejor que la multa sea de 10 o 20 bolivianos, pero que la propia guardia municipal y la policía controlen con el fin de detener a todo infractor para que pague lo fijado?, de ese modo todos pensarán dos veces antes de incurrir en esa contravención.

Por otra parte, lo propio debiera aplicarse a quienes sacan de paseo a sus canes por las calles, y no alzan las deposiciones de sus mascotas. Se debe instruir a la población por los medios de comunicación, en lugar de que todos vean el rostro del alcalde en spots o publicaciones, a través de una campaña educativa, que los dueños del “amigo más fiel del hombre” lleven un pedazo de papel higiénico y bolsa de nylon para ese fin, ya que las aceras y plazas están plagadas de excremento canino.

Volveremos con otras “peculiaridades” paceñas, en otra nota.