En el Boletín de la Plataforma Energética No. 20 del Cedla publicado el 31 de julio de 2018 (Véase: http://plataformaenergetica.org/sites/default/files/boletin_perspectiva_energetica_20.pdf) se realiza un análisis del descubrimiento de litio en Perú, documento que contiene varias imprecisiones. A continuación, resalto las mismas con el único propósito de informar a la opinión pública nacional sobre un tema de importancia estratégica para el país.
En primer lugar, en el yacimiento descubierto no habría 2.5 millones de toneladas de litio (de contenido metálico), tal como sostienen el Cedla y el viceministro de altas tecnologías alternativas sino 2.5 millones de toneladas de carbonato de litio equivalente (CLE). Por tanto, no se trataría de la mina de litio más grande del mundo, puesto que alcanzaría a sólo el 4.8, 5.2 y 5.6% de los recursos identificados de litio de Argentina, Bolivia y Chile, respectivamente, según los últimos datos del Servicio Geológico de Estados Unidos.
En segundo lugar, en el pie de página No. 3 del citado Boletín se indica que el Servicio Geológico de Estados Unidos (cuya sigla es USGS, en inglés) registra recursos de litio en 2018 por 34 millones de toneladas, cuando en realidad el dato correcto es 53 millones de litio de contenido metálico, por lo que si se comprobara la cifra estimada por la ex Gerencia Nacional de Recursos Evaporíticos de 100 millones de litio (de contenido metálico) en el salar de Uyuni, los recursos mundiales llegarían a 144 millones de toneladas.
En tercer lugar, el Boletín del Cedla menciona que “las nuevas baterías sólidas que reemplazarían a las baterías clásicas que emplean sales de litio en su fabricación, reemplazarían el uso de carbonato de litio por hidróxido de litio”. Sin embargo, la información correcta sería que las nuevas baterías de litio de estado sólido que sustituirían a las de iones de litio en realidad reemplazarían el uso de carbonato o hidróxido de litio (de acuerdo con la composición química específica utilizada actualmente por éstas últimas) por litio metálico.
En cuarto lugar, según la información oficial que se conoce, la planta piloto de carbonato de litio debería producir 40 toneladas del compuesto al mes (o sea 480 toneladas al año) y no 360, como sostiene el Boletín del Cedla. Adicionalmente, de acuerdo con la Memoria Institucional 2017 de YLB, el año pasado se comercializó 60 toneladas y no 24, tal como indica el citado Boletín.
Por último, tampoco es cierto que “la industria de baterías está incorporada a la industria automotriz y las empresas integran la producción de baterías o subcontratan a otras firmas, por lo que no existen mercados de baterías de litio para automóviles”. En realidad, a la fecha, solamente Tesla (Estados Unidos) y BYD (China) se encuentran integradas verticalmente en la producción de vehículos eléctricos y baterías de iones de litio. En el primer caso, nos referimos a la giga-planta de baterías de iones de litio de Tesla que funciona en el Estado de Nevada, Estados Unidos y que produce desde principios de 2016 células de baterías de iones de litio en asociación con la empresa líder del mercado Panasonic, en tanto que en el segundo, estaríamos hablando de la serie de plantas integradas de BYD que funcionan en China. Las demás fábricas de vehículos eléctricos tienen contratos de terciarización con LG Chem y Samsung (otra vez), Panasonic, y Contemporary Amperex Technology Limited (CATL) que les suministran dichos sistemas avanzados de almacenamiento energético desde sus plantas en Korea, Japón, China y otros países. En este contexto, sí existe un mercado de baterías de iones de litio para carros eléctricos conformado por todas las empresas arriba mencionadas, excepto BYD, que solamente produce baterías de iones de litio para sus propios vehículos eléctricos.
El autor es Analista de la Economía del Litio.
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