Gas y droga

Si Bolivia enviara más gas natural y menos droga a la Argentina, las relaciones de los dos países no estarían atravesando en ese momento por un alto grado de tensión.

PETRÓLEO ORO ZINC Estados Unidos logró aumentar sus nuevas perforaciones petroleras durante el primer semestre del año y esto resultó en el mayor aumento de su producción en años y la producción en el segundo semestre será aún mayor. Las fórmulas para fijar el precio del gas natural que Bolivia vende a Argentina y Brasil usa el precio del petróleo estadounidense, el WTI, como principal variable. Cuando el precio del WTI cae el precio del gas boliviano también. India, el segundo mayor consumidor de oro del planeta, ha reducido su demanda en 7,6 por ciento durante el segundo trimestre del año. El efecto sobre el mercado internacional ha sido una caída de 4% en la demanda a nivel global. Según el Consejo Mundial del Oro, la caída se debe a la devaluación de la moneda india, la rupia. El primer semestre vio un caída de 12 por ciento en la demanda de india. El precio del oro podría mantenerse bajo. La caída en el precio del zinc desde principios de año es de alrededor de 18 por ciento. Sin embargo, el sector está aumentando su producción mientras continúan entrando en funcionamiento proyectos iniciados durante el boom del precio de los últimos 2 años. El precio de la refinación se ha disparado debido a que la capacidad instalada de las refinerías chinas, cerradas por nuevas regulaciones ambientales, no han sido repuestas.

El gas y las drogas han enturbiado tanto las relaciones bilaterales que casi es un milagro que no hayan sido llamados los embajadores, un procedimiento que por lo general precede a la ruptura de relaciones entre los países.

Ayer, el gobierno del presidente Mauricio Macri militarizó la frontera con Bolivia para frenar el ingreso de la cocaína, luego de informar que entre enero y julio la gendarmería de su país capturó 3.500 kilos de cocaína boliviana.

Antes de que se diera esa noticia, el hecho más relevante en las relaciones de los dos países había sido el anuncio del gobierno boliviano de que aplicaría sanciones y multas a Argentina si ese país no cancelaba de inmediato los US$ 256 millones que debe por el gas enviado en los anteriores dos meses.

Una actitud boliviana que contrasta con la que se daba con el anterior gobierno argentino. En efecto, cuando Macri asumió la presidencia de su país Bolivia descubrió que la deuda por el gas dejada pendiente de pago por el gobierno de Cristina Kirchner era por seis meses, pero nadie había dicho nada.

Casi todas las informaciones que ofrece el Gobierno boliviano sobre los envíos de gas a Argentina son desmentidas por el Gobierno argentino. Este ejercicio llegó a niveles peligrosos cuando el Gobierno boliviano dijo que no se había enviado un volumen adicional de gas solicitado por Argentina porque el precio no le convenía a Bolivia, pero el embajador argentino dijo que nunca se habló de precios.

Casualmente, el precio del gas que Bolivia vende a Argentina es más alto que el precio del venta a Brasil, por lo que este argumento de los precios suena aún más extraño, dado que no hay quejas por el precio del gas más barato pero sí por el gas más caro.

El embajador argentino, Normando Álvarez, se ha convertido en la única fuente de información sobre la compra-venta de gas entre los dos países, con noticias que de inmediato son desmentidas por el gobierno boliviano.

Después de desmentir lo que dice el embajador sobre los volúmenes menores de gas enviados por Bolivia, el Gobierno boliviano comete la torpeza de anunciar que YPFB se propone enviar mayores volúmenes “para evitar multas y otras sanciones”.

Sobre las alusiones que hace el Gobierno argentino a la droga boliviana, el gobierno del presidente Evo Morales no ha dicho palabra, como tampoco ha querido comentar sobre las tantas veces aplazada cita de los dos presidentes.

Lo que quiere Argentina es más gas pero menos droga.

YPFB informó que se ha asociado con la empresa rusa Acron para instalar una planta de urea en Brasil usando gas boliviano que iría a través del gasoducto a Cuiabá.	La misma YPFB había anunciado que cerró tratos con Brasil para vender a ese país 335.000 toneladas de urea que se produzca en Bulo Bulo, cuando la planta opere.