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Según pobladores

Mercurio contamina ríos amazónicos



Las poblaciones que viven en las riberas amazónicas del país se intoxican y poco pueden hacer.

Los ríos del norte de Bolivia son contaminados, porque en cada metro que avanzan se mezclan con tóxicos que las cambian de color y las envenenan. Las poblaciones que viven en las riberas amazónicas del país se intoxican y poco pueden hacer. El mercurio, que se usa para explotar oro, está matando especies en estos importantes afluentes, según denunciaron los pobladores de las zonas afectadas.

No existe control en las operaciones mineras, que de a poco matan a las corrientes hídricas, a los peces y a la gente, señala el agricultor Juan Chávez de 52 años, quien vive en las orillas del río Kaká, ubicado en el departamento de La Paz, que nace de la confluencia de los ríos Mapiri y Coroico, uniéndose luego al río Beni.

Hoy hay solo piedras que llegaron por la actividad minera. Llora al mirar las dragas, que unos metros más arriba, buscan oro. “Estamos peor que en la época de Goni (expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada). Goni tenía una draga, ahora hay más de 20. Yo soy del lugar y me alarma lo que está pasando. Están deshaciendo el río, están saqueando nuestros recursos. Y lo peor es la contaminación. Utilizan mercurio y nos están dañando, claro, ellos luego se irán”, lamenta Juan Chávez.

Las piedras que están a las orillas del río fueron tomadas por una materia negra, parece grasa de un motorizado, indica Waldo Valer, quien vive en Teoponte, un municipio paceño azotado por la minería ilegal. Él trabajaba con turistas que se lanzaban a la aventura navegando por el río Kaká hasta llegar a la localidad de Rurrenabaque, en Beni.

Hoy existe una mínima actividad turística en esa zona, ya que las dragas se adueñaron del afluente. Waldo recuerda que hace años se podía pescar en esas aguas, lo que ahora es imposible. “Pescar acá era una belleza. Se podía sacar peces, pero ahora, por la contaminación con mercurio, ya no es posible.

“Hoy los niños no vienen por toda la actividad minera”, reprocha Waldo. La relación entre el oro y el mercurio es fascinante, pero también mortal.

Los mineros utilizan el mineral para separar el metal precioso. Desde 2005 hasta 2016, las importaciones de mercurio hacia Bolivia se incrementaron 646 veces, de 369 kg a 238.330 kilogramos, según el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE).

El acuerdo, controlado por la Organización de Naciones Unidas (ONU), tiene el objetivo de proteger la salud humana y el medioambiente de las emisiones y liberaciones del mercurio y sus compuestos a la atmósfera, al suelo y al agua. En el agua, el mercurio se transforma en una molécula orgánica altamente tóxica, el metilmercurio, que es rápidamente absorbido por algas y plancton. Estas son el alimento de peces y otros animales que son consumidos por humanos.

El ministro de Medio Ambiente y Agua, Carlos Ortuño, explica que Bolivia activó los protocolos del convenio de Minamata para evitar el ingreso de mercurio. Sin embargo, evade responsabilidad sobre las operaciones mineras en los ríos amazónicos, donde se emplea el metal pesado. “Bolivia ha suscrito el convenio de Minamata, somos parte de ese compromiso internacional y parte de ese compromiso es regular la utilización del mercurio. Nosotros tenemos aplica - dos acciones y métodos de con - trol, incluyendo restricciones a la internación y comercialización del mercurio. Ahora, en el caso específico de denuncias de contaminación, hay diferentes protocolos y procedimientos de verificación, no podemos actuar a sola denuncia de prensa o anónima”, remarca Ortuño. (El Deber)

 
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