Consumo de alcohol y conducta agresiva

La ingesta de bebidas alcohólicas muchas veces origina conductas que pueden generar riesgo no solo para la estabilidad emocional de los miembros de la familia o amigos, sino incluso para los mismos que deciden el consumo de alcohol.

Las personas que eligen consumir bebidas alcohólicas no solo corren el riesgo de afectar su salud, por posible intoxicación, sino que pueden cambiar de conducta, mucho más si la bebida es de dudosa procedencia.

Por lo general, las consecuencias de este cambio de conducta suelen ser atendidas por las entidades llamadas por ley, por ejemplo el área de División de Personas, instancia que recaba todas las denuncias por riñas y peleas, lesiones, amenazas, escandalo en vía pública, entre otras acciones. Es usual que de los implicados, uno o todos estuvieron bajo los efectos de bebidas alcohólicas cuando se registraron dichos hechos.

Fiestas barriales, prestes, entradas folclóricas, entre otros eventos zonales, locales o municipales, posibilitan que los participantes luego de ingerir bebidas alcohólicas terminen involucrados en este tipo de denuncias.

Por los datos recabados se establece que Santa Cruz es uno de los departamentos que en el último semestre demostró ser centro de los conflictos entre personas, porque se atendió 1.626 denuncias, le sigue el departamento de La Paz con 837 casos y Cochabamba con 728 denuncias. En general, en la presente gestión hasta junio se atendió 4.714 denuncias sobre conflictos entre amigos, vecinos, compañeros de trabajo y sobre todo dentro de la familia.

En cuanto a las víctimas vulnerables, como son niños, mujeres y ancianos, se los somete a agresiones graves, leves o se producen hechos que terminan en la muerte de alguna persona. Se establece que en gran parte los casos surgen cuando el agresor se encuentra bajo los efectos no solo de bebidas alcohólicas sino incluso de drogas.

Estos componentes no solo hacen que la personas cambien su conducta cotidiana, sino también permiten el afloramiento de temperamentos reprimidos, más oscuros y poco favorables hacia el otro, como establece la doctora en psicología Rosario Larrea. Ella define que la ingesta de bebidas alcohólicas da lugar a conductas psicopáticas de personas, que estuvieron reprimidas por mucho tiempo, que terminan estimulando delitos en contra de una o varias personas, inocentes por lo general.

Por este aspecto no solo se debe hacer la recomendación tradicional para que las personas eviten el consumo de bebidas alcohólicas, porque es probable que eso no suceda, más cuando esa actividad está estrechamente relacionada a la cultura de relacionamiento social. Pero es mejor que las personas que enfrentan diferentes problemáticas en su desarrollo social recurran a un psicólogo que, como un dentista o un médico general ante dolencias, hará una “curación” de nuestra salud mental, de nuestra conducta hacia los otros, en el proceso de lograr una adecuada convivencia. Sobre todo se trata de tomar previsiones ante el consumo de bebidas alcohólicas y así evitar, por ejemplo, que se pase de la timidez a una conducta agresiva penalizada.