Financiamiento para centros de salud

Esperanzas de buena atención de salud en el país surgen con el anuncio del Banco Mundial que, mediante sus organismos BIRF y AIF, otorgará a Bolivia 300 millones de dólares destinados a “mejorar el acceso y la calidad de los servicios de salud para 3.8 millones de bolivianos. El objetivo del proyecto es implementar un sistema de gestión hospitalaria integral a partir de redes, que se complementará con la formación y capacitación de profesionales de la salud y la construcción y equipamiento de diez hospitales”. Indica además la información del BM: “El proyecto diseñado por el gobierno de Bolivia con la asistencia del Banco Mundial, incrementará la calidad y el acceso a servicios de salud, principalmente para mujeres, niños y poblaciones indígenas”.

“A los nuevos hospitales equipados se suma el fortalecimiento de capacidades de recursos humanos y la aplicación de normas de atención clínica”, expresó el director del BM para Bolivia, Chile, Ecuador, Perú y Venezuela. La construcción de hospitales de segundo y tercer nivel, así como la capacitación de personal especializado que incluye a médicos – especialistas, subespecialistas e internistas – enfermeras y personal gerencial y administrativo (ED 17-6-18).

De los US$ 300 millones financiados, US$ 252 millones son de un préstamo del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) con un plazo de vencimiento de 23 años y medio y un período de gracia de 13 años y medio. Los restantes US$ 48 millones provienen de un crédito de la Asociación Internacional de Fomento (AIF), cuyo plazo de vencimiento es de 23 años y medio con un periodo de gracia de 14 años. El BIRF y la AIF son entidades del Grupo Banco Mundial que otorga financiamiento a gobiernos de sus países miembros.

Por ello el mencionado anuncio permite abrigar esperanzas de que el financiamiento será con miras a concretar, en el menor tiempo, todo el programa formulado por el BM conjuntamente Bolivia. Hasta ahora, que se sepa, muchos son los anuncios efectuados por las autoridades con respecto a programas de construcción de hospitales, sin que se hayan concretado en más de doce años, salvo el caso del hospital de Riberalta que cuenta con un moderno edificio, pero no tiene equipamiento y menos personal médico que atienda a los pacientes.

Cuando se trata de programas de salud con préstamos otorgados por organismos internacionales, como es el caso del Banco Mundial, lamentablemente nunca se habla de plazos ni otras condiciones para concretar obras y montaje de infraestructura. Hace años, por ejemplo, se concluyó el hospital de Cobija, pero sin el equipamiento, debido a que seguramente fue concretado con el tiempo, pero, entretanto, hubo deterioro de la construcción.

Cuando los organismos internacionales deciden otorgar préstamos para construir obras en salud y educación, sería muy bueno que, a la vez, se designe algún organismo que, en nombre de las entidades financiadoras, vigile y controle no solamente el debido uso de los recursos sino también cuándo y cómo se realizan las obras programadas; de otro modo, con anteriores gobiernos y con el presente, se corre el riesgo de que todo se concluya para las “calendas griegas”; las experiencias al respecto son múltiples.

Es de esperar que el BM amplíe sus informes y, sobre todo, cuándo se concretarán las obras; entretanto, habrá una población esperanzada con lo que muchas veces se anuncia pero no se cumple.