Pandillas buscan llamar la atención de la sociedad

De acuerdo con Guillermo Gutiérrez, psicólogo de profesión, las pandillas en la ciudad de El Alto son el resultado de su invisibilidad en la que se encuentran los niños y adolescentes, quienes no son tomados en cuenta por autoridades de Gobierno y menos por políticas públicas de los municipios rurales o urbanos.

“Si las pandillas, desde los estudios efectuados en América Latina y Norteamérica, representan a la organización espontanea de niños y jóvenes, quienes buscan un espacio para ser visibles en su sociedad, su barrio y su familia, el cual está compuesto por el mundo adulto, quienes a pesar de haber sido en algún momento componentes de esas organizaciones, prefieren no trabajar en beneficio de dichos grupos sociales”.

Para Gutiérrez, las pandillas buscan ser reconocidas por su entorno social y hasta familiar, captando entre sus componentes a sus iguales en edad, problemática y hasta situación socio económico. “Muchas de las pandillas si bien tienen su origen en el barrio o en establecimientos escolares, en una primera instancia no están relacionadas a actividades ilícitas, todo dependerá de los líderes que lleguen a dichos grupos juveniles, quienes serán los que en última instancia influyan en el resto, para que determinada pandilla se convierta en un factor de riesgo social o presencia social”, explicó.

En la ciudad de El Alto, hasta el 2016, el 80% de las pandillas eran calificadas de delictivas, de las cuales entre 70 y 100 pandillas se encontraban ubicadas en los distritos municipales de menor desarrollo urbano, quienes en su proceso de identificación, fueron ocupando las zonas urbanas con la finalidad de ejercer su actividad en zonas de mayor flujo económico.

Las pandillas en la mayoría de los casos llegan a ser dirigidos por personas adultas o por quienes con antecedentes penales influyen a la organización con la finalidad de convertirlas en organizaciones violentas, mencionó Gutiérrez.

A nivel nacional un informe de estudio sobre “organizaciones irregulares o conocido como pandillas”, da cuenta que en el país este tipo de organizaciones tienen más peso en los departamentos de Santa Cruz, La Paz y Cochabamba.

Pandillas juveniles en Bolivia. Un total de 20.893 miembros, entre adolescentes y jóvenes, conforman 700 pandillas diseminadas en todo el país. El más afectado es el departamento de La Paz, que tiene el 46 por ciento del total de pandillas, con 328 organizaciones delictivas de este tipo, seguida por Santa Cruz con 180 grupos (25%), y Cochabamba, con el 10 por ciento, identifica a 77 pandillas juveniles. Santa Cruz registra igualmente un alto porcentaje en cuanto al consumo de bebidas alcohólicas, cocaína y marihuana, dentro estas agrupaciones juveniles, señalaba el informe presentado por el efectivo policial Jorge García.