Red Eclesial Panamazónica
• La Repam alertó que continúa la invasión a los espacios de los pueblos “no contactados” de Brasil, Perú, Ecuador y Bolivia
La Red Eclesial Panamazónica (Repam) denunció ayer el riesgo de extinción de 150 poblaciones indígenas “no contactadas” que habitan en las regiones de Brasil, Perú, Ecuador y Bolivia.
“La existencia de estos grupos es frecuentemente negada u ocultada, lo que en muchos casos fomenta actividades económicas que afectan directamente sus territorios; y a pesar del marco regulatorio internacional que protege sus derechos, verificamos que estas normas son sistemáticamente ignoradas por los Estados”, señala el pronunciamiento de la Repam.
El laico misionero de la Consolata Luis Ventura, del Centro Indigenista Misionero (CIMI) de Brasil, coordinador del eje de trabajo de los pueblos indígenas de Repam, explicó que los Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario (PIAV) “son objeto de amenazas muy graves, como la destrucción forestal, la minería industrial e informal, y la agricultura extensiva mecanizada, las cuales hacen que la presión aumente (...) Los pueblos en aislamiento voluntario han tomado esta decisión a causa de situaciones traumáticas vividas, porque, a menudo, los contactos terminan en tragedia. Por eso, debemos respetar, desde el punto de vista de la ética, su decisión y garantizar la protección de su territorio, para que puedan preservar sus vidas”.
INVASIÓN
La Repam alertó que continúa la invasión a los espacios de estos pueblos, en medio de escenario de omisión por parte de los Estados, lo que expone a los pueblos indígenas a diversas formas de violencia e incluso a las masacres.
Indígenas de Brasil, Perú, Ecuador y Bolivia proporcionaron los últimos datos de la situación que atraviesan los pueblos no contactados. “Solo en estos cuatro países, sin contar Colombia y Venezuela, y posiblemente Guyana, se calculan aproximadamente 150 pueblos o partes de estos pueblos en aislamiento voluntario”.
DERECHOS
Para hacer proteger y hacer respetar los derechos de los PIAV, la Repam y otras instituciones han establecido tres niveles de trabajo para la protección de estos pueblos: el primero es panamazónico, es decir, la articulación de todos los involucrados en la defensa de los PIAV en cada país, para tener una línea de trabajo concertada; en segundo lugar, en el ámbito nacional, el objetivo es hacer un frente común en cada país y proteger los PIAV en las zonas fronterizas, donde los nativos se desplazan “sin tener en cuenta los límites nacionales”, como les es reconocido por el derecho internacional; el tercer nivel es promover la defensa de estos pueblos vulnerables desde la Iglesia y la sociedad.
Este pronunciamiento se dio a la conclusión del encuentro de la Repam llevado a cabo del 5 al 8 del mes de julio en Puerto Maldonado, Perú. (ANF)
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