En su testamento, el Libertador Simón Bolívar dispuso la devolución al Congreso Nacional de la Medalla Simbólica que le fuera concedida en mérito a su intervención para la independencia y creación de Bolivia. La reciente pérdida del emblema en las circunstancias más deplorables, señala la falta de conciencia en el cumplimiento de los deberes, como parte de la relajación generalizada que es origen de los desajustes administrativos y políticos que sufre el país -agravados en los últimos años- de los cuales no habían sido excepción las Fuerzas Armadas.
La inconducta del oficial encargado de la guarda de tan histórico galardón revela que se habría perdido la rigurosidad castrense en las misiones encomendadas y, con ello, haberse prescindido de los valores de pundonor y celo patriótico. A su vez, el descuido del general de brigada, Jefe de la Casa Militar, es un ejemplo del desplome del sentido de previsión para el cumplimiento de misiones como la referida.
La Medalla y la Banda presidenciales fueron entregadas por el Banco Central el día 12 de julio pasado y hasta su pérdida permanecieron en poder del oficial Roberto Ortiz Blanco, lo cual constituía una falta gravísima de seguridad, sin haber retornado al Banco Central. De modo que su guarda se la tuvo como la de un objeto cualquiera. Con esa excesiva y hasta ingenua confianza, el encargado procedió a pasearla por los prostíbulos y por el más bajo mundo del hampa, poniéndola a disposición de su fácil sustracción.
Comportamiento tan irresponsable ha mellado gravemente el prestigio de la Institución Armada, del Gobierno y del país, expuestos a la mofa internacional. Este espectáculo parece desmentir las aseveraciones bastante optimistas del oficialismo de que ahora Bolivia es referencia ejemplar en el continente y aún más allá. La pretensión va de la mano de la falsedad y de la alabanza.
Parea colmo, en días todavía dedicados a la recordaciones patrias más caras, un diputado del MAS en completo estado etílico se desnudó para escándalo público en pleno aeropuerto de Cochabamba. A pesar de estos bochornos, hay dudas de que el Gral. Alberto Mansilla ex Jefe de la Casa Militar y el diputado desnudista Domingo Soto reciban las sanciones de ley. Por de pronto, el general comparecerá ante la Justicia Militar, como se dijo oficialmente, tribunal donde prima el espíritu de cuerpo. La Comisión de Ética de Diputados tampoco es garantía. Hay infinidad de casos delictivos y de faltas de sus colegas, tratados casi con impunidad.
En fin, de la misma semana se puede decir mucho sobre el derroche encarnado en un nada prioritario Palacio, como de la represión contra la libertad de expresión y de protesta en los actos centrales del día 6 de Agosto en Potosí.
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