El gobierno de Evo Morales ha cumplido 12 años de gestión continua, pues tuvo tres periodos constitucionales, con lo que históricamente resulta ser el más prolongado de la historia nacional. El presidente Andrés de Santa Cruz estuvo a poco de cumplir 10 años, igualmente continuos.
El presidente Víctor Paz Estenssoro tuvo dos periodos constitucionales seguidos -ocho años en total- y tuvo una tercera gestión discontinua, aunque no alcanzó a completarla, porque fue depuesto por un golpe militar.
En los 12 años de Morales, no hubo intento alguno para derrocarlo, lo que implicó que se ha producido un cambio importante en el país, optar por la estabilidad política, al extremo que al presente no se tiene partidos políticos, en cuya sustitución están emergiendo las plataformas ciudadanas, pero sin tener una identidad política, menos una preferencia ideológica.
En cuanto a obras, no ha demostrado ser adicto a la realización de aquellas que tengan algún contenido histórico, sino simplemente figurativas. Su preferencia se inclina a los viajes, mejor si son en aviones y que tengan como destino otros países.
Algunos trabajos si se hizo o están en realización, pero más por alguna necesidad o preferencia personal. En esto pecó en exceso con la construcción de un edificio de 26 pisos, para que algunos de sus pisos sirvan de oficinas de la Presidencia y otros para albergar a cinco ministerios, abandonando el viejo Palacio inaugurado en 1853.
De modo que como gestión de gobierno es muy poco lo efectuado por Evo Morales, sin aprovechar la estabilidad política y, más todavía, el excepcional momento de la llamada bonanza, que se prestaba para ejecutar obras de significación para el desarrollo del país.
Unos tres proyectos están todavía en desarrollo, los que al ser terminados es posible que tengan alguna valía, como son el de la producción de urea (fertilizante agrícola), en la población cochabambina de Bulo Bulo; el del hierro del Mutún, y el sector agropecuario, aunque mucho depende de las condiciones atmosféricas.
En tanto, el experto Julio Alvarado dio cuenta de que nueve sectores claves de la economía decrecieron, de acuerdo con datos del Ministerio de Economía. Entre ellos se encontrarían la construcción, las comunicaciones y el comercio.
Es deplorable que en tiempos tan favorables en muchos sentidos, la economía nacional, a la inversa, no hubiera dado saltos mayores, de manera de asegurar su secuencia y mayor crecimiento.
De esta manera, cada vez es menos alentador el futuro del país, por la mala calidad administrativa, lo que influye para que el sector privado decrezca en vez de seguir la buena honda del desarrollo, pues carece de la seguridad necesaria, lo que desalienta la actividad empresarial.
En estas condiciones, de tanta incertidumbre, no es posible afianzar un constante desarrollo y progreso de Bolivia, pues, en vez de ser estimulado, como sucede en países vecinos, lo que prevalece es la desconfianza, la inseguridad y, más todavía, el temor al riesgo. Pues es sabido que el dinero se caracteriza por ser tan espantable como las aves.
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