Marleny Paredes Villalba
Son inconcebibles los atentados que comete el actual gobierno contra los recursos económicos del Estado boliviano. Dispone de manera discrecional y arbitraria de nuestros recursos económicos, para el mal llamado “segundo aguinaldo”. Es decir de recursos que son producto del esfuerzo de los bolivianos, que salen de los impuestos que nos carga el actual gobierno a la población económicamente activa (trabajador unipersonal o empresarial, sea micro, pequeño, mediano o grande), y cuanto más a los que con tanto esfuerzo logran sostener sus actividades productivas o de servicio.
Para el gobierno dizque vivimos en bonanza por la venta de los hidrocarburos y minerales. Aun si esto fuera cierto, el gobierno tiene el deber de administrar con eficiencia y previsión la hacienda y finanza pública.
El gobierno de manera abusiva dispone de los recursos económicos y sus bienes, que son producto del sacrificio del pueblo boliviano, para pagar una vez más un inaudito “segundo aguinaldo 2018” al sector de los “servidores públicos”, que hoy han sustituido a los “movimientos sociales partidarios”. Si la bonanza del PIB fuera cierta, por qué no se invierte en el sector productivo no tradicional (tradicional es minería e hidrocarburos), y se atiende la salud con hospitales de primer y segundo nivel en ciudades intermedias y comunidades, para evitar el colapso de los hospitales en las ciudades capitales; como esta necesidad apremiante que se observa sin hacer grandes investigaciones, tenemos otras relacionadas con los servicios básicos, carreteras, vivienda, educación y otros.
En diez años hemos observado cómo las empresas estatales (creadas y expropiadas) han quebrado por insuficiente materia prima, recursos humanos no calificados, falta de mercados, menor calidad, etc.; sin embargo, como señalamos líneas arriba, el emprendimiento privado lidia por cumplir con todas las exigencias de los mercados local y extranjero; en los primeros años -con el actual gobierno- se ha mantenido, pero desde que se inventó el famoso “segundo aguinaldo” el sector del empleo privado ha sufrido un artero golpe, que se ha manifestado con el cierre de más de 7.000 empresas el pasado año.
En síntesis, es fácil para el gobierno pagar el “doble aguinaldo” con la plata del pueblo, al sector de “amarrawatos”, que solo produce dolores de cabeza al sector productivo y de servicios privados. Ese “doble aguinaldo” va contra la vida de los verdaderos y únicos generadores de empleo (o la gallina de los huevos de oro en cada país), quienes progresivamente terminan cerrando sus iniciativas, con un saldo de cientos y miles de desocupados para el país.
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