Almirante (sp) Jorge Botello Monje
¡Qué pena limeña! Mientras paseas del puente a la alameda, mostrando la belleza de Lima, o mientras Acuario nos deleita con su comida, y pone la gastronomía peruana ante los ojos del mundo; un grupo de personas sin pizca de integridad moral muestra la cara oscura que se oculta en las sombras de la corrupción en nuestros países.
La ética ha sido trastocada, limeña, o tal vez la ética del delincuente se expandió abarcando y contaminándolo todo, aprovechando la poca calidad moral de las personas, dejando de lado la gloria, que evoca sueños de hombres honestos, así lo soñaba Sócrates, administrando la cosa pública, en este caso la justicia.
Esto no quiere decir, limeña, que los principios morales hayan desaparecido del mapa, su práctica aún se la ve en las acciones de quienes, con el ritmo de sus valores, ante una ilegalidad, actúan como anhelamos en nuestras esperanzas. ¡Qué pena que sean los menos!
Dicen que todo ser humano tiene su precio, ¿será consecuencia de esa alta vulnerabilidad, por decir algo, y tal vez justificando sin querer, el actuar delictivo de algunos individuos, que la corrupción está marchando “máquinas avante a toda fuerza”, en términos de marinera; en el poder judicial de ese querido Perú. Por donde paseas tus menudos pies, matizando tu hermosura?
Jueces con jugosísimos sueldos no vacilan en engordar sus alforjas con dineros mal habidos, sin importar la necesidad de justicia de las víctimas y juzgando a los culpables, no desde el punto de vista de la gravedad de sus delitos sino desde lo abultado de sus billeteras, o tal vez desde la potencia biológica de sus instintos, interesándose en si la niña violada, ¡de 11 añitos!, fue o no desflorada.
No hace falta Odebrecht para que algunas gentes se corrompan, es tan grande su codicia y tan bajo su precio que están constantemente en liquidación. Así ofrecen sus fallos a elección del cliente: “¿Qué es lo que quieren, que le bajen la pena o que lo declaren inocente?”, dice “El Comercio”, que preguntó un juez (https://www.elcomercio.com/actualidad/escandalo-peru-difusion-grabaciones-revelan.html). ¿Solo en el Perú? ¡Ni hablar!, limeña, te cuento que por estos pagos un dicho popular reza, entre otras recomendaciones: “cuídate de la justicia boliviana”, me pregunto, pues, ¿qué pasaría si se saca los trapitos al sol, en serio? ¿Resultarían incólumes los jueces, fiscales, secretarios, auxiliares, notificadores, abogados, etc.? “La corrupción en la justicia es percibida por la ciudadanía no solamente respecto a jueces y magistrados, sino con referencia a funcionarios subalternos”, publicó un periódico boliviano en mayo de 2016. Alguien dijo que para dedicarse a la política hay que estar dispuesto a tragar sapos, y los que “administran” la justicia boliviana, ¿a que estarán dispuestos?
A todo esto ¿qué será del Lucho de la UMSS no?
Mientras tanto, limeña, con la ilusión de que esto mejore, sigue derramando lisura y dejando a tu paso aromas de mixtura.
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