El mejor amigo del hombre en el abandono

El pasado día 16 se recordó a San Roque, patrono de los canes, considerados como los mejores amigos del hombre. Y es que ciertamente este animal a través del tiempo fue domesticado y se fue acercando al ser humano, hasta convivir con él y constituirse en un animal de compañía y prácticamente vivir para su amo.

No sólo colabora al hombre como guardián, sino en el pastoreo, tirando trineos en las regiones de hielo, como perro policía detectando productos, conduciendo a los ciegos y hasta fue utilizado en la guerra, en los experimentos de medicina y otras labores atentatorias a su vida. Hoy en las terapias médicas sicosomáticas se recomienda la compañía de estos animales e incluso se ha determinado que las personas que conviven estrechamente con los canes, viven más sanas y superan sus males físicos.

Muchas son las historias sobre las bondades de estos animalitos, algunas han sido llevadas al cine, a la literatura y son objeto de amor y respeto por quienes han tenido o tienen canes en su entorno, pero también son objeto de maltrato por individuos carentes de buenos sentimientos, que les propinan golpes o los envenenan, produciéndoles horribles sufrimientos. Hemos visto cómo en Cochabamba una mujer del pueblo maltrataba a pedradas a un can u otros que los utilizan en peleas por obtener dinero.

Si observamos con algún detenimiento el comportamiento de los canes en su relación con el ser humano y entre ellos, notaremos que tienen sentimientos de amor, celos y alegrías, lo que importa que poseen espíritus sencillos, pero llenos de amor para sus amos y sus congéneres, son capaces de aprender, recordar y temer, aunque cuando tienen que defender a sus amos, suelen entregar su vida sin ningún temor, no importa la desproporción en el enfrentamiento.

A partir de los lobos, se ha establecido cientos de razas de canes, manipulados por el hombre en procura de su utilidad, de tal manera que existen desde pequeñísimos, que pesan apenas unos pocos kilos, a enormes canes de casi metro y medio de alzada. Su utilidad es indudablemente apreciada por los buenos seres humanos que vuelcan en ellos el amor que reciben.

Se ha dictado numerosas normas legales y procedimentales para el buen trato a estos animalitos. Entre éstas las del Gobierno Municipal de nuestra ciudad, enfocada a animales de compañía (Ley Municipal 239 para animales de compañía), dirigida expresamente a las personas que los tienen bajo su potestad, pero los han olvidado o excluido a los cientos de perritos de la calle que vagan por nuestra ciudad en procura de algún alimento, padeciendo los rigores del invierno paceño, sin alimentos, agua y abrigo. Algunos vecinos, sensibilizados por esta situación, han provisto a algunos canes de ponchitos de tela para mitigar el frío, otros instalan recipientes de agua en sus puertas y algunos pocos les proveen de alimentos, pero en general el cuadro de padecimiento de los canes de la calle es penoso, más aun cuando con los contenedores de basura ya no pueden acceder a los restos de alimentos que se echa diariamente.

Sería bueno que las autoridades del municipio se sensibilicen con estos animalitos, que en la ley municipal han sido catalogados como de la comunidad, pero como administradores del municipio, dejen de lado su indolencia e indiferencia para estos seres de la naturaleza e inviertan algunos recursos en un lugar de acogida de canes, destinando algo de los más de 200 millones de dólares anuales que perciben, más aun cuando se ha elevado los impuestos de bienes inmuebles, vehículos y otros.

Como ciudad “maravilla”, La Paz debe ser acreedora de este título y no olvidemos que “la cultura de un pueblo se mide por cómo se trata a los animales”.

El autor es abogado y politólogo.