Cuando los funcionarios venezolanos tuvieron que enfrentar la enorme inflación que azota a su país —32.714 por ciento hasta el pasado miércoles— decidieron que la solución podría ser cambiarle el color a los billetes y aumentar su denominación. Luego dijeron que les quitarían tres ceros. Y cuando eso no fue suficiente anunciaron que les quitarían dos más.
“Es un arreglo cosmético lo que está ocurriendo, lo de los ceros”, dijo Steve Hanke, profesor de Economía Aplicada en la Universidad Johns Hopkins que ha asesorado a otros gobiernos que han experimentado hiperinflación. “No significa nada a menos que cambie la política económica”, dijo.