Con frecuencia alarmante se anuncia que se procederá a más deforestaciones en el país, con lo que se demuestra que las autoridades pertinentes ignoran o no toman en cuenta que Bolivia es considerada como una de las excelentes fuentes de oxígeno en el mundo, merced a la gran riqueza forestal que posee en su territorio.
Aparte de la trascendencia internacional que tienen las deforestaciones en el país, en lo interno se incurre en un atentado de gran magnitud, porque en las tierras que quedan desocupadas lo que se hace es cultivar coca o no se les da alguna utilidad positiva.
En esto último, se pierde la posibilidad de convertir esas tierras vírgenes en productoras de alimentos de distinta naturaleza, tanto para el consumo interno como para la exportación. Pues, a tiempo de optar por la deforestación, no se tiene planes para el buen aprovechamiento de las tierras que quedarán sin utilidad.
No se justifica, por tanto, la deforestación, pues en tales circunstancias es mejor conservar lo que se tiene, para que siga sirviendo de fuente de oxigenación. Hemos anotado que en el exterior se aprecia mucho esta condición del territorio nacional, con las miles de hectáreas que tiene para cumplir tal función, de tanta importancia y necesidad, como la de contar con una fuente de depuración de los ambientes malsanos que, por otras circunstancias, hay en el país.
En las regiones donde se deforesta, como son Santa Cruz, Pando y Beni, se cuenta con tierras suficientes para una diversidad de cultivos, como de productos alimenticios, para destinarlos a diversos procesamientos industriales.
Ante la indiferencia o falta de previsión de las autoridades que disponen o autorizan las deforestaciones, las tierras que quedan ociosas, al no ser aprovechadas en otros cultivos, se las pone a disponibilidad de los cocaleros, que siempre están ávidos de contar con mayores espacios para producir coca, porque de ella se obtiene beneficios excepcionales, como es la producción de drogas alucinógenas que, por estar restringidas, generan millonarias utilidades.
Ante estas realidades, es mucho mejor conservar la riqueza forestal, pues siempre cumplen una función positiva, como la anotada, aparte de que en el futuro queda pendiente la toma de decisiones gubernamentales para extraer los mayores beneficios posibles de las tierras que vayan a ser deforestadas, destinándolas a cultivos legítimos, para el mejor aprovechamiento de las futuras generaciones, ya que las actuales no tienen iniciativa alguna sobre el particular.
Al presente, es mucho mejor no tocarlas, para que sigan brindando sus rendimientos actuales, pues con el oxígeno, por ejemplo, se crea condiciones saludables para todos los bolivianos, aparte de que el mismo beneficio se ofrece a la población mundial.
Considerando este resultado tan significativo, lo pertinente debe ser conservar y si es posible ampliar la forestación, en especial en la región oriental, que es donde existen las condiciones naturales para que siga aportando con el referido aprovechamiento actual, que brinda, interna y externamente.
Aparte de ello, sin necesidad de deforestar, siempre es factible obtener más beneficios de esta prodigiosa riqueza, pues se presta a producir alimentos y frutas, para lo que se la puede acrecentar en cantidad y calidad, al dedicarle mucha mayor prolijidad de la que se le brinda hasta el presente.
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