Antecedentes del proyecto en el angosto de El Bala

Este artículo de carácter técnico conlleva recomendaciones para cualquier plan de gobierno con el fin de contar con energía hidroeléctrica que favorecería a los departamentos de La Paz, Cochabamba, Beni y Santa Cruz.

Tomando como referencia el libro “Hidrografía de Bolivia”, elaborado por la Fuerza Naval en 1998, sabemos que la Subcuenca del Beni está en el norte del territorio nacional, que comprende parte de los departamentos de Pando, Beni, La Paz y Cochabamba, abarcando 171.951 Km2 de superficie, que representa el 15,7% del territorio nacional. Es una Subcuenca que comprende numerosos ríos de gran importancia por su navegabilidad, como es el caso de los ríos Beni y Madre de Dios, que cuentan además con depósitos aluviales de oro.

Los principales tributarios de esta Subcuenca son los ríos Alto Beni, Orthon, Madre de Dios, Tuichi, Acre, Abuná y Kaka. El principal eje fluvial de estos ríos es el río Beni, aunque no es el de mayor volumen de agua, puesto que el río Madre de Dios tiene un caudal mayor al del río Beni, los mismos que confluyen aproximadamente a 5 Km de la ciudad de Riberalta.

El río Beni nace en la Cordillera Oriental a una altura promedio de 4.000 msnm, que en su recorrido erosiona las laderas de los cerros hasta las llanuras que se encuentran a una altura de 200 msnm, y por la pérdida de velocidad del agua, los materiales de arrastre, como piedras, arena y sílice, se depositan en el fondo del lecho del río, incrementando así la altura del agua; la cual se desborda por las riberas inundando áreas pobladas, zonas agrícolas y ganaderas. Esto obliga al gobierno a realizar inversiones en la relocalización de personas afectadas, teniendo que construir nuevas viviendas dotadas de agua potable, alcantarillado, luz eléctrica y caminos. Además, se debe considerar la altura de agua necesaria para la circulación de lanchas, manteniendo el calado respectivo.

Así mismo, estos caudales son importantes para la preservación de vegetación sujeta a los cambios del ciclo hidrológico que influye en la existencia de aguas subterráneas, lagos y lagunas, las cuales son indispensables para la existencia de fauna, flora y hábitat de especies piscícolas.

Se debe establecer también una regulación a lo largo de los cursos de agua donde actualmente se extrae oro, prohibiendo el uso de mercurio, que contamina irreversiblemente los lagos y lagunas donde confluyen estos cursos de agua.

Para concretar las ventajas del proyecto de El Bala, que está en ejecución por el Estado, se debe proceder a la operación de la presa mediante la apertura y cierre de compuertas para regular los caudales del río Beni. Esto permitiría que el tráfico fluvial se mantenga con el calado necesario para el tráfico de lanchas, así como para la generación de energía hidroeléctrica, que aprovecharía las alturas de la Cordillera Oriental, así como la topografía, la cual permitiría generar energía hidroeléctrica en la llanura oriental, que está situada a 200 msnm. Esto posibilitaría que los departamentos de La Paz, Cochabamba, Beni y Santa Cruz atiendan las demandas de las poblaciones que habitan en los alrededores de la presa.

En conclusión y por lo indicado anteriormente, el proyecto de El Bala conseguiría beneficios en la navegación del río Beni y en la generación de energía hidroeléctrica en las llanuras del Oriente. Incluyendo, en este sentido, la preservación del medio ambiente en los ecosistemas terrestres y acuáticos, así como la forestación de bosques, de la flora y de la fauna, que están supeditados a los cambios del ciclo hidrológico, que mantienen la infiltración de agua para la formación de aguas subterráneas y aguas superficiales, con lo cual se cierra el ciclo hidrológico por la evapotranspiración de la cobertura vegetal.

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