PATRIA AMADA

Señor Director:

Hace algunas semanas conmemoramos los 193 años de la independencia de nuestra amada Patria y nos adherimos con fervor cívico a tan magna fecha.

Recordemos que el 6 de agosto de 1825 se firmó el acta de la independencia de Bolivia, que fue redactada por el presidente de la asamblea, José Mariano Serrano. Esa primera asamblea determinó que llevara el nombre de “República Bolívar”, que luego pasó a llamarse Bolivia, cuya capital llevaría el nombre de Sucre, como homenaje, en respectivamente, a Simón Bolívar y Antonio José de Sucre, padres de la nueva Patria que nació soberana e independiente.

La libertad de Bolivia fue lograda con sangre, en luchas en las que triunfaron las espadas de Bolívar y Sucre, como en los gloriosos campos de Junín y Ayacucho. Con salvas de artillería y mucho júbilo recibió la población la emancipación, esperanzada con tener un futuro provisor.

La Patria amada donde hemos nacido nos hace hermanos, sin distinción de alguna clase, a todos los habitantes y nos sentimos orgullosos de Bolivia y sus nueve departamentos.

Por otra parte, los jóvenes constituyen la base para lograr progreso y bienestar social. La juventud está llamada a perpetuar el bienestar general con ejemplo de trabajo y estudio, capacitación y esfuerzo constante para llegar a las metas propuestas, para obtener un desarrollo con niveles similares a los que ostentan países vecinos.

Bolivia necesita patriotas, maestros de aula, abogados probos, médicos pudorosos, funcionarios honestos, estadistas valientes, buenos militares, sacerdotes dedicados a la obras de Dios, obreros, artesanos expertos, etc.

Es posible cambiar de verdad y dejar las cadenas que nos oprimen, para empezar de nuevo y contribuir con nuestro grano de arena a la Patria amada, que tanto necesita de nosotros sus habitantes.

Que Jesucristo renazca en nuestro corazón para una nueva vida y dejar el hombre viejo para siempre.

Sin otro particular, me despido atentamente.

David Espejo

O.F.S.