Comunicabilidades
En su libro “El mono número 100”, el autor Ken Keyes cuenta la historia de los monos Koshima, que vivían en una isla japonesa y cuya dieta consistía en papas dulces que consumían incluso cubiertas de tierra y arena.
Un día, un mono descubrió que si lavaba las papas en una corriente de agua, tenían mejor sabor.
Luego enseñó este truco a sus compañeros, al día siguiente 99 monos ya sabían lavar las papas. Más tarde, el mono número 100 aprendió a lavar las papas. Entonces ocurrió algo increíble: hacia el atardecer todas las manadas de todas las islas empezaron a lavar espontáneamente las papas antes de comérselas, habían alcanzado una masa crítica.
Cuando cierto número crítico se hace consciente puede comunicarse de mente a mente. Aunque el número 100 puede variar, cuando un individuo más se sintoniza con una nueva tendencia, se crea un campo tal que esa conciencia es percibida por casi todos.
Algo similar ocurre en los grupos humanos. A partir del individuo número 100 que se rapa el cabello a los costados y deja un copete al medio, casi todos los demás hombres hacen lo mismo.
A partir del joven número 100 que usa pantalones “rotos”, todos los demás jóvenes empiezan a imitarlo.
En las radios, a partir de cierto número de programas que utilizan el personaje de una “abuela” para satirizar a los adultos mayores y mofarse de sus ocurrencias, todos los demás programas empiezan a tener su propia “abuela”.
A partir del locutor número 100 que utiliza groserías en su expresión, todos los demás locutores hacen lo mismo.
Por lo tanto, si usted advierte la imposición de una moda, cualquiera sea, absurda, ridícula o interesante, la culpa es del mono número 100.
*) Director ejecutivo de Xperticia. Empresa de Capacitación y Asesoramiento en Comunicación.
(www.xperticia.net)