Doble moral

El presidente de nuestro país, en el día internacional contra el uso de la energía nuclear manifestó que ésta representa un peligro para la humanidad por sus centenares y miles de muertos, apuntando (como ya parece ser un hábito) a EEUU como principal promotor.

Coincidentemente, la ONU conmemoró el desastre de Chernobil (Rusia) que ocasionó más de 400.000 muertos hace 31 años y que al presente continúa generando daños humanos y ambientales, como efecto del estallido y posterior incendio que cubrió con una nube de estroncio radioactivo todo el cielo del norte de Europa y que actualmente reporta 6.000 fallecidos en los últimos 12 años.

Hoy expertos de la OIEA reportan a la organización que esta tragedia ocurrida supone solo el 5% del material total que se dispersó en el aire, lo que crea una idea del desastre que supondría su manejo inadecuado.

“No sabemos cómo hacerlo”, se lamentaron ante la intimación de la CE Europea que exige un tratamiento inmediato; calculamos, afirmaron estos expertos, que la zona volvería ser habitable en por lo menos 10.000 años. Todo causado por una frágil tecnología.

Hoy S.E. es fervoroso promotor de la construcción ¡del mayor centro nuclear de su tipo en América Latina!, con “fines pacíficos”, no obstante la exhortación de instituciones medioambientales y partidos verdes del mundo entero, premios nobeles de la paz, profesores de física del Reino Unido, Centro japonés “semillas bajo la nieve”, investigadores, colegios médicos, periodistas, etc. para evitar el inicuo despropósito.

¿Con fines pacíficos? El Director de la red de institutos Mack Plank (Alemania) señaló recientemente que hay una estrecha unión no eliminable entre nuclear civil y militar, ya que las condiciones materiales y las técnicas de base estructural son las mismas. El plutonio es el “explosivo nuclear ideal” y hoy es producido en cadena y expuesto al riesgo de atentados terroristas. Es decir que al margen de lo anterior comportará una militarización de todo nuestro territorio y no bastará en nuestro caso con la colocación de un Policía Militar en la puerta principal.

Definitivamente afloran las promesas de las campañas electoreras, la mentira política o las demagogias que los llevaron al poder. Se trata del doble discurso, como efecto de la doble moral que invade la mente de estos personajes folklóricos que jamás se atreven a negar algo a sus delfines y copartidarios para no encarar la propia frustración de quien prometió respetar y consagrar los resultados del referendo del 21F, promovido por su propio partido, negándose hoy a su cumplimiento.

El autor es abogado.