El encuentro regional de Quito sobre la emigración venezolana concluyó ayer con una declaración de voluntad por parte de doce países participantes a seguir acogiendo emigrantes dentro de un sentido de “hermandad” y “solidaridad”, pero también dentro de la “seguridad” para las sociedades receptoras.
El documento “contiene la voluntad de todos los estados participantes en seguir acogiendo con los brazos abiertos a todos los que vienen enfrentando una difícil situación en su país de origen”, anunció al concluir la reunión el representante peruano, César Bustamante.
La declaración también “exhorta al Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela para que tome de manera urgente y prioritaria las medidas necesarias para la provisión oportuna de documentos de identidad y de viaje de sus nacionales”, según el texto difundido.