Las comerciantes de pescado, ubicadas en la Final Los Andes, dieron a conocer a EL DIARIO que demandan respeto a la ordenanza municipal para mantener la estabilidad de los puestos en esa feria tradicional.
El comercio de pescados probablemente sea una de las principales actividades tradicionales del sector, donde más de 80 comerciantes instalaron sus puestos hace más de 30 años y entre ellas se conocen, además de saber todos los procedimientos para adquirir los productos que llegan desde el lago Titicaca.
Con mesas cubiertas con plásticos y telas de color azul, las comerciantes ataviadas con sus mandiles y cobijadas de sus toldos que las protegen del sol venden desde tempranas horas de la mañana, especialmente los martes, jueves y viernes. Es característico ver junto a las vendedoras sus cajas de madera y sus baldes de plástico blanco, donde portan los pescados para ofertadlos a la población.
Cerca de las vendedoras se encuentran los puestos de comida, donde se puede degustar diferentes platillos elaborados a base de pescados, que embadurnados con harina o pan molino, son fritos en aceite caliente dentro de grandes peroles.
Emergencia
Las comerciantes de la final Los Andes, se anoticiaron de una posible restructuración de algunos puestos de venta, anunciados por la Municipalidad y socializados por sus dirigentes, aspecto que no solo ha generado preocupación en ellas, sino la declaratoria de emergencia.
“Nos han dicho que en algunos sectores pretenden modificar nuestros puestos de venta y que están planteando que nos moverán de los puestos que tenemos, razón por la que hubo muchos problemas en el pago de patentes, no han querido que paguemos nuestros patentes, nos han rechazado y ahora bajo ese pretextos nos quieren remover”, señaló Yolanda Colque comerciante del sector.
“La población debe saber que sólo pedimos que se respete la Ordenanza municipal, que nos reconoce como sector de vendedores de pescado y otros productos”, agregó.
A diferencia de otros días, en la jornada de ayer las comerciantes de Los Antes, mantenían su actividad acompañadas por estandartes, letreros improvisados, banderas de la tricolor y la whipala.
En algunos casos eran sus compradores (caseros y caseras), quienes no tenían conocimiento de porque la actividad comercial, mostraba una imagen de protesta social y no sólo de comercio, pero cuando recibían la información de las vendedoras, comprendían dicha acción.
Para algunos de los compradores, las vendedoras estaban en su derecho de defender sus puestos de venta. “En mi caso es casi tradicional que a la semana una a dos veces compre pescado y para otros ya es parte de sus vidas servirse estos alimentos”, dijo Juan Ramos, vecino de la zona.
Antes incluso llegaban camiones con pescados del oriente, pero hasta eso han prohibido los de la Alcaldía, porque dejaban muchos desperdicios y el olor era fuerte, pero más allá de prohibir, no dieron una alternativa para que la población adquiera estos productos de forma higiénica, con solo prohibir no se soluciona nada”, afirmó Carlos Chávez, otro vecino de la zona.
Los vendedores señalaron que el comercio de la final Los Andes, conocido por la venta de pescado, mantendrá su posición de alerta, mientras no exista una autoridad que aclare las versiones de retirar los puestos de venta, las mismas que fueron socializadas por su dirigencia.
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