Rafael G. Julio Quiroga
El Presidente de la seis Federaciones del Trópico de Cochabamba y del Estado Plurinacional de Bolivia dijo que se elaborará una “Ley contra la mentira” que sancione al mentiroso, sea autoridad o medio de comunicación; según él, los medios que mienten lo hacen por plata y no piensan en la Patria.
Esta propuesta alborotó al infierno, pues se dice que los que mienten van ahí; y de efectivizarse esta ley, se quedarían sin penitentes. La suerte de los demonios es que en ninguna nación del planeta tierra se dictó esta ley. Pero podría cundir esta ley al resto de los países y provocaría la ruina total del infierno.
La verdad y la mentira son valores antagónicos; la verdad puede ser absoluta, relativa, verdad eterna, verdad objetiva; en cambio la mentira es más simple; por ejemplo: Una mentira cruel sería decirle a un niño que su padre ha muerto, cuando está vivo; y a un enfermo desahuciado decirle que su salud va en mejoría, es una mentira piadosa. Decirle al Presidente del Estado Plurinacional que puede ser candidato nuevamente el año 2019 y que su popularidad va en mejoría, sería una mentira piadosa; y decirle que su Museo de Orinoca se ha incendiado, sería una cruel mentira.
Se dijo que ningún país elaboró una “Ley contra la mentira”, porque para eso está el Código Penal, así: Si una mentira acusa a una persona o agrupación de haber cometido un delito cuando no es cierto, es una CALUMNIA, que tiene sanción penal. Si se acusa a una persona de tener un hijo y que lo hizo desaparecer, es una DIFAMACIÓN; y si estos hechos u otros similares fueran propalados o reproducidos por cualquier medio, es un delito que se llama PROPALACIÓN DE OFENSAS. De igual manera, el que por cualquier medio ofendiera a otro en su dignidad o decoro comete el delito de INJURIAS, todos estos delitos están contemplados en el Código Penal. Y si ellos fueran cometidos por los medios de información, como periódicos o medios televisivos u otros similares, pues, para ellos está una ley especial y exclusiva, la “Ley de Imprenta”, vigente en Bolivia. Consecuentemente, si todo está concebido y reglamentado desde la creación de la República, resulta absurdo y ocioso hacer una “Ley contra la mentira”. Y de hacerla correspondería entonces hacer una “Ley de la verdad”, en la que se sancionara verazmente al que no diga la verdad. Causa, pues, hilaridad la propuesta de hacer una Ley contra la mentira.
Esta propuesta de Ley contra la mentira estaría afectando grandemente a los mitómanos, una “manía” muy humana; pues siendo un mal adquirido, estarían irremediablemente condenados a la prisión, cuando en los hechos no son culpables de haber adquirido esa manía. Así, cuando nuestro Vicepresidente dijo: “Que la Luna se va a esconder y el Sol va a desaparecer y todo va a ser oscuridad”, fue una mentira catastrófica que causó hilaridad en nosotros, menos en los miembros de la NASA, quienes ante este aviso “entraron en emergencia”, tomando previsiones de toda índole sobre el planeta tierra.
Finalmente, los valores humanos como ética o moral e inmoralidad; bondad, maldad, honestidad, piedad, impiedad, verdad y mentira jamás podrían ser reglamentados por una ley, son en el fondo valores subjetivos. Hay personas que se mienten a sí mismos para ser felices y personas que huyen de la verdad, también para ser felices.
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