Se considera normalmente que las ideas son resultado del ambiente en que se vive. En un medio social atrasado se tiene ideas limitadas e inclusive concepciones del mundo de carácter mitológico, más aún cuando recién se ha superado el sistema arcaico de comprensión de la realidad basado en sensaciones y razonamientos inmediatos, en los cuales la conclusión se basa directamente en una premisa y no en una operación mental que parte de uno o varios juicios de los que se infiere uno nuevo. Ese proceso del pensamiento, sin embargo, se puede desviar a la fantasía o seguir un camino objetivo
Según sus diversas biografías y autobiografías, Evo Morales pasó su juventud en el altiplano de Orinoca pastando ovejas y llamas y luego se trasladó a vivir a Argentina, donde vivió en el medio rural junto a su padre, cortador de caña. Volvió a Bolivia para dedicarse a músico y finalmente productor de coca en un medio semifeudal como el Chapare, de donde saltó (como propietario de una importante superficie de tierra) a la política, que lo condujo a la Presidencia del Estado Plurinacional, cuando pasó a ocupar el Palacio Quemado, tener avión propio, una columna de blindados, defensa personal y toda clase de comodidades, rodeado de un ambiente de burócratas o sea un ambiente distinto a donde se había formado y que le dieron una forma de pensar particular.
Finalmente, el joven campesino de Orinoca, ya llegado al gobierno y gozando el país de un providencial momento de bonanza económica de diez años, que como nunca vivió el país debido a los altísimos precios de las materias primas de exportación (gas, estaño, soya, etc.), estrenó y se fue a vivir en un flamante y recién estrenado modernísimo palacio de 29 pisos (llamado Casa Grande del Pueblo). Allí dispone de un piso con las más modernas comodidades, desde donde mira de arriba a todo el país y de donde puede partir desde un helipuerto propio a viajes al interior del país o a los más lejanos puntos del planeta sin el menor gasto personal, realidad innegable de la cual él mismo está sorprendido y, al parecer, no se explica a sí mismo, considerándolo, a la vez, como un sueño, como dijo alguna vez.
Naturalmente, dejó de vivir rodeado de una antigua realidad y, por tanto, de tener sensaciones de acuerdo con ese viejo paisaje y, por consiguiente, ahora piensa de otra forma, como algunos de sus colaboradores que, por su parte, saltaron de alguna vivienda en Miraflores a chalets de los nuevos ricos de Calocoto, Achumani, de la acomodada zona sur, aquella que un día el Mallku amenazó incendiar y pasar a cuchillo a sus habitantes, en esos tiempos en que movilizaba sus huestes para derrocar a Goni Sánchez.
Es, pues, cierta la sentencia popular que sostiene que se piensa en forma distinta en una choza que en un palacio, más aún cuando la diferencia entre una y otro es abismal. En efecto, de tener una visión rural de la realidad del país, pasa a imaginar, desde las alturas de las nubes palaciegas el socialismo del Siglo XXI y, además, al cambiar de ambiente, derivó en identificarse de hecho con la burguesía nativa y alejarse de la población desposeída y paupérrima. Su identificación con la pequeña burguesía cocalera del Chapare es innegable.
De haber perdido el contacto con las masas, se limita a mirarlas de arriba. Ahora, sin hacer juicios de valor, pensará en otra forma y en delante de manera aún más diferente, desde las cumbres en un palacio de cemento armado de 40 millones de dólares. No quiere permanecer en el viejo Palacio Quemado, símbolo de los tiempos de los precios bajos de las materias primas, o por temor a los fantasmas de Belzu, Pando, Busch, Villarroel que rondan en las noches por sus pasillos arrastrando cadenas o por rechazo a la memoria de personajes contemporáneos.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |