La presencia de efectivos militares y policiales en la población de San Antonio perteneciente a La Asunta, así como el proceso de erradicación de cultivos de la hoja de coca genera la división entre los comunarios, a diferencia de lo que ocurría en anteriores gobiernos.
Un grupo de comunarios que busca “consensuar” la erradicación de los cultivos de la hoja de coca en la región tradicional de los Yungas si bien fue convocada y se presentaron en San Antonio de Incahuara, donde se encuentra instalado el campamento de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), para dar su versión de ellos que demostraba no solo una división entre los pobladores, sino una tensión constante generada supuestamente por los dirigentes cocaleros.
Elizabeth Choque dio a conocer a EL DIARIO que en la actualidad la comunidad de San Antonio se encuentra tranquila, después de la detención del principal dirigente Franclin Gutiérrez. “Los seguidores de ellos siguen queriendo hacer problema, casi dos semanas se ha paralizado las clases, no estaba yendo por temor a que en el camino nos amedrenten, ese sector de Gutiérrez son la mitad de los pobladores de la Asunta, no son todos, pero ahora nos amenazan, nos dicen esperen que se vaya la FTC, luego va a correr sangre nos dicen. Esta marcha que se ha programado para mañana (hoy), es obligado con sanción de ser depurados de la organización como productores, como a nosotros ya nos han depurado, ya no participamos”, indicó.
En tanto, Eleuterio Calisaya, resignados a la división que surge en la comunidad, recuerda que el pasado 24 de agosto y antes de esa fecha, las explosiones de dinamita buscaban atemorizar a los pobladores que se encuentran en favor de una erradicación consensuada.
“Yo primero fui golpeado, todo por no querer confrontarnos con los efectivos militares, porque eran artos, por eso fui golpeado”, indicó. Mientras que un segundo comunario, aseguró que desde la detención del principal dirigente las explosiones de dinamita disminuyeron, aunque la tensión se mantiene entre las familias, “antes era una tormenta, a cada rato hacían explotar, grave era, parecía zona prohibida, porque querían meternos miedo, pero ahora si bien no hay explosiones, pero la gente tiene temor de hablar”, añadió Juan Choque.
A LLANTO Y DESESPERACIÓN
En el recorrido realizado por la comisión en el camino de San Antonio próximos al puente, una de las comunarias junto con sus hijos decidió expresar el sentimiento de temor que tiene no solo ante la erradicación de cultivos de la hoja de coca en una zona verde, sino por la presencia y supuestamente el procedimiento que estarían realizando los uniformados.
“Yo vivo al interior de una carpa, no tengo ni siquiera una casa, de ahí se han sacado mi garrafa de GLP y ahora no tengo ni siquiera para cocinarme, nosotros estamos dentro del cordón, no es como han dicho, nuestro hijo tiene miedo ya no van a clases. Nos la erradicación no fue consensuada, solo vivimos de nuestras plantaciones, pero ahora todo han quitado, ahora estamos con miedo, vemos militares y pienso que nos van a meter bala, nosotros hemos apoyado al presidente, solo queremos que nos respete nuestro trabajo, nuestras plantaciones. Nosotros no hemos visto personas extranjeras o armadas, somos solo 10 familias y entre mujeres y ancianas”, explicó una de las comunarias, quien prefirió mantener en reserva su identidad para que no les extiendan mandamiento de detención.
La comunaria al tener conocimiento que estuvo presente en la Delegación el defensor del Pueblo, David Tezanos, y que recabó las declaraciones de comunarios que están a favor de la erradicación de cultivos decidió seguir los vehículos para ser escuchada por la autoridad. Luego de la insistencia realizada por la prensa para que atienda a la pobladora, recién Tezanos recibió las versiones de una de las comunarias que confirmó la existencia de una división en la región de la Asunta.
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