Los estadounidenses recordaron ayer con ceremonias solemnes, servicios voluntarios y un tributo presidencial a las víctimas de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, entre ellas las que se defendieron a bordo de uno de los cuatro aviones secuestrados que se utilizaron como armas contra las torres gemelas, en el ataque más mortífero a ese país.
En una brumosa mañana, miles de familiares de las víctimas, sobrevivientes, rescatistas y otros acudieron a una de las ceremonias, en la plaza conmemorativa, donde alguna vez estuvieron las torres gemelas del World Trade Center. Trump y el vicepresidente Mike Pence se dirigieron a los otros dos lugares, donde los aviones secuestrados: un campo en Pensilvania y el Pentágono.