COMUNICABILIDADES
Gabriel Astorga
Me encanta observar la reacción de las personas cuando se ven obligadas a estar quietas. Lo primero que hacen es buscar su teléfono celular para distraer su mente.
En cuanto abordan el taxi o minibús, las personas desenfundan ágilmente el Smartphone de sus bolsillos, con la misma velocidad con la que los pistoleros del viejo oeste sacaban sus armas. No hay tiempo para saludos ni cortesías, lo primero es el celular.
Pareciera que están apuradísimos en leer algo. Sin embargo, lo único que hacen es mirar al azar todo tipo de publicaciones e imágenes sin ningún orden… la idea es “matar el tiempo”.
Lo veo en hospitales, clínicas y consultorios, donde todos los que están en la sala de espera tienen su mirada clavada (literalmente) en su teléfono móvil.
Lo veo en parques y plazas, donde ya nadie mira a nadie. Una mujer bella camina cerca, pero los hombres tienen sus ojos petrificados en la pantalla del celular, mirando fotografías de mujeres desconocidas y lejanas.
Lo veo en las aulas escolares, universitarias o de postgrado, donde los estudiantes tienen un bolígrafo en una mano y en la otra el Smartphone, al que de rato en rato le echan una mirada para volver a mirar lo que hace segundos miraron.
Y lo más peligroso, conductores irresponsables, con una mano en el volante y en la otra el celular, poniendo en riesgo su vida y la de los demás.
Yo me pregunto: ¿Qué hacíamos antes del internet y de los celulares? ¡Pensábamos! Y algunos lo seguimos haciendo…
De hecho, algunos miembros de la generación anterior pensaron tanto que terminaron inventando los celulares y las redes para que la generación actual no piense y se dedique a consumir.
*) Director ejecutivo de Xperticia. Empresa de Capacitación y Asesoramiento en Comunicación.
(www.xperticia.net)