Las agresiones contra opositores y ciudadanos como el registrado en la sesión de honor de los 208 años del Grito Libertario de Cochabamba, o cuando los policías desalojan con violencia de la plaza Murillo a activistas del “Bolivia dijo No” son muestras de que el Gobierno está atentando contra la libertad de expresión, pensamiento y opinión de toda la población.
Beto Astorga, de la organización Otra Izquierda es Posible (OIP), dijo que a través de las redes sociales recibieron amenazas de gente que está ligada al gobierno del presidente Evo Morales.
En ese sentido, sostuvo que el MAS está usando la violencia contra las plataformas “para que nos callemos y no sigamos en resistencia, rechazando la pretensión de quedarse en el poder por más tiempo”.
Contrariamente, no ocurrió lo mismo cuando los dirigentes y afiliados del transporte público abarrotaron en la promulgación de la jubilación de ese sector.