Con nueva ley se rompió principio de igualdad

La forma tan acelerada y abrupta de haber puesto en vigencia la Ley de Organizaciones Políticas (LOP) ha roto el principio de igualdad de condiciones y no permite una equidad en la competitividad de las fuerzas políticas, “por lo que las alianzas políticas partidarias deben ser muy cuidadosas y no solo sumas”, dijo Franklin Pareja, politólogo.

“La ley filosóficamente no está mal. El punto está en la forma amañada y premeditada de haber acelerado los tiempos y de haberla puesto en vigencia de una forma tan abrupta que rompe el principio de igualdad de condiciones y no permite una equidad en la competitividad de las fuerzas políticas”, aseveró Pareja.

Estas aseveraciones se fundamentan en tres aspectos que describen el escenario político, al cual acudirán los partidos políticos que no tienen la suficiente representatividad para un proceso electoral; no cuentan con un candidato de envergadura nacional y que seguro van a necesitar una figura extra partido político, detalló.

“Ninguna fuerza política actual tiene la suficiente musculatura y representatividad para poder ir adelante a un proceso electoral con probabilidad de éxito, eso significa que posiblemente se va a tener que construir una alianza o alianzas, no hay un candidato de envergadura nacional y van a tener que surgir figuras extra partidos”, aseguró.

En este marco, puede también pintarse algunas potencialidades –expresó Pareja– en el contexto de que las fuerzas opositoras puedan generar ciertas uniones que pueda fortalecerlas con la finalidad de revertir su participación en el proceso electoral.

“Puede ser que el resultado, esperado por el oficialismo, sea todo lo contrario es decir dispersar, disuadir e impedir una participación en igualdad de condiciones, porque al final lo que está haciendo es cohesionar, acelerar y potencializar las fuerzas opositoras”, añadió.

“En ese contexto, las organizaciones políticas deben tomar en cuenta que las alianzas no se remiten solo a sumar –dijo Pareja– sino que se debe hacer alianzas muy cuidadosas o quirúrgicas, que generen resultados óptimos en los resultados de las mismas, como puede ser el caso de Carlos Mesa”.

“Las alianzas en política no son sumas aritméticas, porque a veces hay alianzas más allá de sumar, restan”, sostuvo.