Israel Camacho Monje
Y tenía que haberse presentado el bullado caso del bebé Alexander, que ha provocado en su momento (año 2014), que con bombos y platillos jueces y fiscales decidieran meter tras las rejas al primer y único sospechoso de tan horrendo crimen. Esto es a un joven médico, ya que solo ser el único varón en una sala de bebés bastó para que esos jueces, fiscales y la médica forense lo inculparan de tan tremendo delito y ordenaran su reclusión inmediata tras las rejas.
Ha tenido que pasar cuatro sufridos años tras las rejas el joven médico inculpado, así como también cuatro años para los jueces y fiscales de no poder dormir en las noches con la conciencia que les repetía que habían inculpado a un inocente, sin haber realizado a conciencia las investigaciones médico-legales correspondientes, y aun peor, haciendo oídos sordos a cualquier tipo de defensa, tanto de sus progenitores como de la defensoría de Derechos Humanos.
Pero el supuesto juicio estaba estancado ya por cuatro años, y no por culpa de la defensa del joven médico inculpado, sino, entiéndase bien, porque esos jueces y fiscales no sabían cómo salir del entuerto que ellos habían fraguado. Y no tuvieron más remedio que llevar adelante una trucha sentencia entre gallos y medianoche, condenando al joven médico a 20 años de cárcel. Y los fiscales se atrevían a pedir púbicamente que para semejante crimen el castigo debería ser de 30 años, y sin derecho a indulto.
Y cuando seguramente pensaban escuchar los halagos de la población toda, que los felicite por sacar adelante tremendo juicio, y es más, cuando pensaban que pedir 30 años de presidio era lo que verdaderamente correspondía, sucedió lo impensado.
Y lo inesperado ha sido que de la noche a la mañana se hizo público una grabación de audio, en la que la juez que ya había sentenciado a 20 años de cárcel al joven médico, con voz propia de las personas que están con unas copas de más, le dijo algo confidencial a otra persona: “Yo sabía que Jhiery Fernández era inocente. Pero… las presiones de tales y cuales fiscales, me hicieron sentenciarlo contra mi voluntad, y además porque me amenazaron de que si no cumplía, me las vería negras”.
Ahora bien, o mejor dicho mal, la ciudadanía se entera que la Justicia boliviana había estado en manos de delincuentes y no así de magistrados honestos. Y surge la pregunta, ¿cuántos serán los inocentes bolivianos que están tras las rejas?
Y lo único que se impone por todo lo anterior es la inmediata renovación completa de todo el Poder Judicial. Porque los que están en los poderes Ejecutivo, Legislativo y Electoral ya tienen contados los meses en los que permanecerán, esto es, noviembre de 2019. ¿Verdad que sí?
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