REALEZA
Tener sangre azul no es una garantía de triunfo permanente en el amor, aunque en este caso el asunto terminó en un banquete de perdices felices. El príncipe Guillermo y Kate Middleton, hoy convertidos en Duques de Cambridge, padres de tres vástagos y una de las parejas más queridas de la Casa Real de Inglaterra, han atravesado varias crisis en su relación antes de contraer matrimonio en 2011. El nieto de Isabel II rompió con la joven británica hasta en dos ocasiones antes de anunciar su compromiso.
El libro “William and Kate: A Royal Love Story”, de Christopher Andersen, revela que en 2007 el hijo de Lady Diana cortó la relación con Middleton a través de una conversación telefónica mientras ella estaba trabajando. Llevaban juntos varios años, pero según esta publicación el ‘royal’ tenía algunas dudas sobre la relación amorosa que compartían. La duquesa, afligida por el inesperado abandono del hijo de Carlos de Inglaterra, se excusó del trabajo y pidió explicaciones. “No puedo, no va a funcionar y no es justo para ti”, se excusó el nieto de Isabel II.
Fue entonces cuando el príncipe Guillermo, como cualquier mortal, buscó el consejo de sus familiares. En este caso, según la biógrafa regia Katie Nicholl, acudió a su abuela la reina y a su padre, el Príncipe de Gales, para exponer sus dudas amorosas. “Se sentó con ellos para hablar de su futuro con Kate y le aconsejaron no tener prisa en nada”, cuenta Nicholl. No obstante, y a pesar de sus comprensivas recomendaciones, la reina se sentía decepcionada por la ruptura porque “habían estado juntos mucho tiempo, aunque, claro, no quería que se equivocara en su compromiso matrimonial”, según Andersen.
Tras la separación, la duquesa de Cambridge viajó con su familia para evadirse. Se fue a Irlanda con su madre donde visitaron algunas exposiciones de arte en la National Gallery, según The Express. Y también se trasladó a la isla de Ibiza con su hermano James Middleton para más tarde regresar a Londres donde, según Inside Edition, salió de fiesta en varias ocasiones.
Sus caminos se habían separado, pero según varias publicaciones británicas, no era la primera vez que Kate y Guillermo se daban un tiempo de reflexión. En 2004, señala Nicholl, el hijo de Diana de Gales “comenzó a sentir claustrofobia” y cortó con su compañera de universidad. Kate se retiró a su casa familiar en Berkshire y el príncipe inglés, por su parte, se fue a un viaje de vela a Grecia con su amigo Guy Nelly en un barco con tripulación exclusivamente femenina.
En ambas separaciones, y según varias publicaciones, al ‘royal’ británico se le relacionó con otras mujeres de la alta sociedad. En 2004 se le vio con Isabella Anstruther-Gough-Calthorpe, Anna Sloan, Jecca Craig -a la boda de esta última el príncipe acudió sin la compañía de Middleton-. Y en 2007 publicaron fotografías en varias discotecas con la joven Tess Shepherd o la estudiante brasileña Ana Ferreira. Fue en este momento, según la revista People, cuando Kate dio su relación por perdida, aunque se equivocaba, en la Navidad de ese mismo año retomarían su romance.
La ruptura o el tiempo que se habían dado para pensar bien qué es lo que querían para su futuro no fue un asunto que se dejara de lado en la entrevista que ambos concedieron tras el anuncio de su compromiso. “No estaba feliz con la ruptura, pero fue algo que me hizo más fuerte”, comentó entonces Middleton. Por su parte, Guillermo declaró que “sólo era un poco de espacio y, a la vista está, funcionó para mejor”, decía a ITV News.
A pesar de la aparición de Guillermo con otras féminas en la prensa británica y la separación entre ambos por un tiempo, la pareja jamás dejó de tener contacto. Una relación de idas y venidas que al final se fortaleció y acabó en una de las bodas más recordadas de la historia de la Familia Real de Inglaterra.
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