Operan sin control
Gobernaciones de Chuquisaca, Potosí y Tarija se reunirán el 4 de octubre en la ciudad de Sucre para planificar acciones conjuntas
Una inspección realizada recientemente en el Río Pilcomayo estableció que 28 concesiones mineras operan en la mencionada cuenca sin control gubernamental ni de secretarías departamentales. La situación de contaminación fue alertada por autoridades de Argentina, Paraguay y Bolivia, ya que año tras año se incrementa el impacto nocivo por su estado.
El secretario departamental de Pueblos Indígenas de la Gobernación, Felipe Moza, manifestó, según El País, que ante esta problemática las secretarías de Medio Ambiente y Agua de las gobernaciones de Chuquisaca, Potosí y Tarija se reunirán el 4 de octubre en la ciudad de Sucre para trabajar y analizar las acciones conjuntas.
La Oficina Técnica Nacional de los Ríos Pilcomayo y Bermejo (OTN-PB), la Comisión Trinacional del río Pilcomayo y las secretarías de las gobernaciones de los departamentos presentarán una evaluación del impacto ambiental que sufre el Pilcomayo y elaborarán un plan de acción de emergencia para frenar el declive de la Cuenca respecto a la calidad del agua.
Mediante una invitación solicitaron a los ministerios de Medio Ambiente y Agua, Minería e Hidrocarburos estar presentes en dicho encuentro. Moza explicó que el gobernador Adrián Oliva se encuentra realizando trabajos en la frontera para la verificación de la contaminación de la Cuenca, así como el asambleísta Wilman Cardozo.
La repercusión directa de la contaminación la sufren los pueblos indígenas de los tres países. En Bolivia, al sur del departamento de Tarija los indígenas Weenhayek se alimentan y realizan sus actividades económicas entorno al río Pilcomayo, además es la zona que presenta mayores malformaciones congénitas en sus recién nacidos.
En la provincia de Salta, el río recorre una zona de alta vulnerabilidad social en la que familias criollas conviven con comunidades originarias de las etnias: Wichi, Chorote, Toba, Tapiete y Chulupí, en críticas condiciones similares a las de Bolivia y Paraguay.
Tras varias denuncias de los pueblos indígenas, la Gobernación de Tarija pidió al Gobierno realizar un proyecto de dragado como un paliativo a la alta contaminación que se registra. Cardozo informó que visitó las zonas en las que se estaba ejecutando el proyecto así también como la parte del Paraguay, pero para revertir la contaminación existente se requieren estrategias de mayor alcance. La contaminación minera a la corriente hídrica es un problema latente que en anteriores gestiones tuvo repercusiones legales en empresarios de este sector, sin embargo, aún no se da cumplimiento a las normativas vigentes que protegen a la cuenca.
OTN NEGÓ CONTAMINACIÓN
En un anterior informe, la Oficina Técnica Nacional de los ríos Pilcomayo y Bermejo (OTN-PB), descartó la contaminación en el río Pilcomayo por metales pesados provenientes de las minas de Potosí.
Sin embargo, incluso antes del derrame denunciado de una de las empresas mineras que descargó desechos en la alta cuenca de Potosí, los resultados de los muestreos realizados en Argentina y dados a conocer por la Comisión Trinacional del río Pilcomayo, dieron cuenta de niveles de metales pesados que superaban largamente los límites fijados por normas nacionales e internacionales en las áreas costeras de Santa Victoria Este, localidad de la provincia de Salta.
Se dispuso crear un plan de acción para determinar los niveles de contaminación que presentan actualmente las aguas, sedimentos y peces del río Pilcomayo. Según anteriores estudios se dio a conocer que el río contenía arsénico, plomo, cadmio y otros metales pesados en niveles más altos de lo recomendado. Estos metales pesados son precursores de cáncer y otras enfermedades a consecuencia de una constante exposición.
EFECTOS DE CONTAMINACION
La contaminación podría provocar en la población que vive en sus riberas el aborto espontaneo, afecciones gastrointestinales, cáncer, malformaciones congénitas y retardo mental en los niños, según especialistas.
Cuando las personas consumen de forma prolongada plomo, cadmio y arsénico, que son metales pesados, pueden provocar los síntomas de “afecciones gastrointestinales como son diarreas, vómitos e inapetencia”.
El informe de nivel de contaminación, emitido por un plan de acción para evitar riesgos en la exposición de la población que vive en las riberas del río Pilcomayo, revela que es “un peligro eminente para la salud”.
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