Sudáfrica
El órgano no estaba infectado y su hijo fue beneficiado
Johannesburgo.- Doctores de la Universidad de Witwatersrand, en Sudáfrica, han llevado a cabo el que se considera como primer trasplante mundial deliberado de hígado desde un paciente con VIH a uno no infectado, protagonizado por una madre y su hijo, informaron ayer fuentes de la institución.
"Sin el trasplante, el hijo habría muerto con seguridad. Sin embargo, salvarle la vida al hijo debía ser puesto en la balanza frente al posible daño al donante y el riesgo de transmitirle el VIH casi con seguridad", indicó la universidad, una de las más prestigiosas de África.
Según publicó la agencia EFE, la infección de VIH produce un deterioro progresivo del sistema inmunitario, que llega al estadio de "deficiente" cuando deja de cumplir su función de lucha contra las infecciones y enfermedades.
Además, la ONU calcula que en todo el mundo hay 37 millones de personas que viven con ese virus.
Sudáfrica figura en las listas mundiales de los países con más prevalencia del virus y, aunque en los últimos años se ha extendido mucho la prevención y el tratamiento, se calcula que el sida aún causa unas 180.000 muertes al año en el país.
ANTECEDENTES
En Sudáfrica no es la primera vez que personas se benefician con trasplantes de órganos. El próximo 3 de diciembre, el estado africano celebrará el 51 aniversario del primer trasplante de humano a humano en el mundo y también será un aniversario especial para el británico Ray Hartle.
Después de todo, el hecho de que él esté vivo tiene que ver con la evolución en el procedimiento iniciado en 1967 por el doctor Christiaan Barnard en el Hospital Groote Schuur, en Ciudad del Cabo.
Hartle recibió un trasplante de corazón en octubre de 2016 y parte del proceso de recuperación involucró lidiar con sentimientos encontrados.
"Mi vida fue salvada por el trabajo de Barnard, pero también tengo que lidiar con su polémico legado. El régimen de apartheid en Sudáfrica utilizó la obra de Barnard sin mucha resistencia de su parte", explicó un periodista a la BBC Mundo.
Hartle, de 55 años, creció con el apartheid. Y de haber sido clasificado dentro de los parámetros der el brutal régimen de segregación racial, habría sido considerado una persona "de color". Él mismo se califica como un hombre negro.
RESTRICCIONES
El régimen que prevaleció en el país entre 1948 y 1991, se tradujo en restricciones en sitios para vivir, trabajos, escuelas e incluso el uso de algunas playas para personas negras.
Este año, Hartle ha publicado artículos y participado en charlas para fomentar un debate sobre el logro de Barnard.
Incluso se puso en contacto con la Universidad de Ciudad del Cabo, propietaria de Groote Schuur, para preguntar sobre sus planes para conmemorar el 50° aniversario.
"Barnard fue un cirujano brillante y su reconocimiento profesional no debe ser cuestionado. Sin embargo, su logro fue utilizado como propaganda para el apartheid. La universidad me dijo que no querían politizar el evento de celebración".
VENTAJA
El trasplante de Barnard fue un importante avance en la medicina y un triunfo no menos significativo para el país, ya que los médicos de EEUU eran los esperados para lograr el primer trasplante exitoso.
Contrariamente a los sudafricanos, profesionales como Norman Shumway fueron pioneros en técnicas y llevaron a cabo una extensa investigación, que incluyó sucesivos ensayos con perros, por ejemplo.
No obstante, Barnard le presentó al gobierno la posibilidad de recibir muy buena publicidad en un momento en el que el país enfrentaba un aluvión de críticas por violaciones de derechos humanos. La ola de violencia xenófoba que preocupa al país que venció al apartheid
En el libro Every Second Counts: The Extraordinary Race to Transplant the First Human Heart, publicado en 2006, el escritor sudafricano Donald McRae señaló que, pocos minutos después de haber sido informado de la operación, el entonces primer ministro John Vorster escribió un comunicado interno a su gabinete.
COMPLICACIÓN EN ÓRGANO DE MENOR
El menor, del que no se divulgó el sexo, se encontraba en estado crítico por complicaciones de hígado y los médicos se enfrentaron al dilema ético de salvarle la vida pero exponerle al riesgo de contraer el sida.
La operación se realizó en 2017 pero se dio a conocer ayer, a través de un comunicado de la universidad, en coincidencia con la publicación de un estudio del caso en la revista científica AIDS, de la Sociedad Internacional de SIDA, reportó la agencia EFE.
Un año después de la operación, los dos pacientes se han recuperado completamente, si bien aún no se puede descartar que el menor esté libre del virus.
"Dos aspectos de este caso son únicos. Primero, involucró la donación intencional de un órgano de un individuo positivo por VIH. Segundo, la exposición previa a medicación profiláctica (de prevención) en el hijo/a que recibía el órgano podía prevenir la transmisión del VIH", señaló Jean Botha, director de la Unidad de Trasplantes a cargo de la operación, según el texto.
Sin embargo -agregó-, "solo lo sabremos concluyentemente cuando pase el tiempo".
El niño llevaba en la lista de espera para recibir un órgano más de medio año y era habitualmente hospitalizado por complicaciones críticas.
(EFE - Agencias)
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