Oscar Espinosa García
La pérdida del Litoral dejó una profunda herida en el alma de los bolivianos, que a pesar de los años, no la podemos sanar. La derrota que ha sufrido nuestro país en La Haya, le ha puesto un candado a la consecución del anhelo de tener un acceso soberano al océano Pacífico. Este anhelo ha sido aprovechado por los políticos para conseguir sus fines políticos. El presidente Evo Morales pensaba que con una victoria en La Haya, podría justificar su permanencia indefinida en la presidencia del Estado Plurinacional.
Aparte de la ambición chilena por conquistar territorios para su naciente país, la verdad es que no supimos conservar nuestro territorio en las costas del Pacífico. Las causas estuvieron en que Bolivia estuvo gobernada por caudillos que solo querían detentar y gozar del poder, sin importarles de cumplir con su misión que era de construir país. El Departamento del Litoral estaba completamente abandonado y ocupado por empresas chilenas y ciudadanos chilenos. Solamente Aniceto Arce trató de que Bolivia tenga presencia en el Litoral, a través de la construcción del ferrocarril que uniría al país con un puerto en el Pacífico, que él esforzadamente estaba llevando a cabo. Lastimosamente, se desató la guerra antes de que el ferrocarril fuera concluido.
Mucho se reclama a Mariano Melgarejo por haber cedido dispendiosamente territorio boliviano a Chile (lo cual según los historiadores no ha sido exactamente así), pero si se trata de personas a las que se debería reclamar, es a Hilarión Daza, quien fue el responsable directo de la pérdida del Litoral. Su presidencia descuidó a ese territorio, dedicándola a las fiestas y a la adulación de su persona. Incluso su estadía en Tacna al mando del ejército, se caracterizó por su dedicación a sus distracciones, descuidando su deber de preparar al ejército para encarar la guerra, por lo que fue ignominiosamente destituido.
El siguiente conflicto que tuvo Bolivia con respecto a los límites territoriales fue el del Acre. Dos movimientos secesionistas amenazaron con crear un estado en ese territorio, que fueron controlados por el Gobierno del Gral. José Manuel Pando, el primero con tres expediciones y el segundo por el propio presidente que se movilizó a la zona del conflicto. Con las victorias del presidente Pando en Puerto Rico y de Nicolás Suárez en Bahía (hoy Cobija) fue conjurado el movimiento secesionista. Con la intervención del Brasil en el conflicto, Bolivia se vio obligada a entrar en la negociación diplomática, con el resultado final del tratado de Petrópolis, mediante el cual Bolivia cedió 190.000 Km2 de su territorio en el Acre, a cambio de una compensación pecuniaria de 2.000.000 de libras esterlinas y la construcción de un ferrocarril a lo largo de las cachuelas del río Madera (entre Cachuela Esperanza y Porto Velho) para salvar el obstáculo de las cachuelas y permitir que Bolivia tenga un acceso al océano Atlántico a través de los ríos Madera y Amazonas, posteriormente el ferrocarril fue reemplazado por una carretera. Bolivia solamente pudo conservar el territorio de lo que es actualmente Pando (67.827 Km2).
El territorio del departamento de Pando es el territorio donde operaba la compañía gomera de don Nicolás Suárez. Indudablemente, el factor decisivo para la conservación de ese territorio fue la presencia de esa compañía, con sus barracas, establecimientos y sobre todo con la presencia de bolivianos. Además se contaba con el patriotismo de don Nicolás Suárez, que con sus propios recursos y empleados, formó la columna armada Porvenir que, comandada por él mismo, venció a los invasores en Bahía (hoy Cobija) el 11 de octubre de 1902.
El autor es ingeniero civil y docente de la UMSA.
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