Un día después de que el huracán de categoría 4 Michael devastase el extremo noroccidental de Florida, los esfuerzos de las autoridades se concentran ayer en hallar y rescatar a los posibles damnificados por las catastróficas inundaciones y vientos de hasta 250 km/h.
Después de hablar con el gobernador de Florida, Rick Scott, sobre la situación que enfrenta ahora la región, el presidente Donald Trump declaró la zona como área desastre.
En declaraciones a la prensa en la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que el ciclón había sido “increíblemente destructivo y poderoso”, con rachas de vientos que habían alcanzado “casi 200 millas por hora” (320 km/h).