El secretismo impide trabajar

La periodista, escritora e historiadora, Lupe Cajías, considera que el secretismo es un factor que impide el periodismo de investigación y sobre todo hoy en día que no existe algo clave en la información pública que es el acceso a la información. Realizó un balance de la última década en el acceso a la información.

“El periodismo de investigación se choca con el secretismo, y fue el caso de Carlos Quisbert por investigar el caso de la muerte del bebé Alexander es prontuariado, no solo lo detienen sino lo afectan en el resto de su vida, los niveles son alarmantes”, afirmó Cajías.

En estos últimos 12 años hubo un retroceso absoluto, indicó Cajías, y los factores son desde económicos hasta hostigamiento político porque no ha querido el poder político dejar abierta la posibilidad de un acceso a la información pública.

“El caso Alexander nos ha demostrado que las personas que nos están gobernando y controlando pertenecen a la lacra de la sociedad, los lenguajes, borracheras, violaciones, autoridades ebrias, accidentes, escándalos, nunca el país ni en época de Melgarejo, había pasado un tiempo de descomposición social tan fuerte”, aseveró Cajías.

Son tres países que no cuentan con una normativa sobre acceso a la información pública como ser Venezuela, Surinam y Bolivia, pero antes por lo menos, dijo Cajías, había intentos por esclarecer casos particulares y los medios de prensa como el Semanario Aquí y Presencia.

“Hubo intentos desde los años 60 de esclarecer casos: Otero, la muerte de los Alexander o periódicos que hacían reportajes como Presencia o Aquí, hoy en día hay un retroceso muy grande, porque los medios están debilitados por factores económicos y hostigamiento político, entonces el periodista por más esfuerzo que quiera lograr para un periodismo investigativo ya no puede”, manifestó Cajías

Lupe Cajías es una de las más connotadas periodistas mujeres de Bolivia. Además es escritora e historiadora con varios libros de su autoría y reconocimientos nacionales e internacionales como el Premio Erich Guttentag por su novela “Valentina. Historia de una rebeldía” el año 1996.