Producción de gas y crisis social

Tras la sucesión de reveses que sufrió durante este año, el país enfrenta un panorama que se acentúa ante la presencia de otros problemas peliagudos y difíciles de resolver. Entre éstos últimos se encuentra el referido a la producción de hidrocarburos que ha ingresado en un momento de inflexión irreversible.

En primer lugar, fueron los movimientos sociales de oposición de principios de año que culminaron con la abrogación de la Ley del Sistema Penal, el rebrote de la corrupción en medios estatales, los casos Quiborax, el Banco Unión, etc., la crisis de la salud pública, por citar los más escandalosos. A esos asuntos se sumó la resistencia popular a la repostulación a la presidencia de Evo Morales, decisión que trajo consigo la inquietud social originada en el desconocimiento del resultado del referéndum del 21 de febrero de 2016 y el fallo del Tribunal Constitucional avalando la anulación de la soberanía popular.

Por si fuera poco, el gobierno actual, responsable de la gestión marítima ante el tribunal de La Haya, sufrió un fracaso sin paralelo en la historia de esa cuestión, al conocerse la sentencia de ese organismo internacional en sentido de que el gobierno de Chile no estaba obligado a dialogar con Bolivia sobre el punto demandado.

Esa cadena de escollos no se cerró con esos asuntos, sino que se sumaron otros de nivel internacional, como, por un lado, la extinción paulatina del Foro de San Pablo, los derrumbes del populismo en Argentina, Brasil y Ecuador y el colapso de Venezuela y Nicaragua, que al parecer tendrían los días contados y, por otro, el triunfo de un candidato progresista en Brasil, el enjuiciamiento a Cristina Kirchner en Argentina, etc.

A ese conjunto de dificultades se agregan otros no menos alarmantes, como el de las reservas internacionales netas (RIN) que cayeron a 8.907 millones de dólares, a casi la mitad en relación con el año 2014 y lo que es más grave aún, la caída de la producción y exportación de gas, de las que depende la economía nacional. Al respecto, se anuncia el fracaso de la perforación del pozo Buyui, al llegar a los 7.400 metros de profundidad, y otro detalle preocupante que señala que las reservas de gas no son de 10.7 TCF sino solo de 3.65 y durarán solo por cinco años, según el Ing. Guillermo Torres Orías, datos negativos que no se compensan con el alza del precio del petróleo, que en Texas subió a 76 dólares el barril y en Europa a 88, pero con tendencia a bajar por mayor oferta de Arabia Saudita.