Pastor religioso retarda juicio

Una menor de ocho años fue víctima de abuso sexual y toques impúdicos por parte de un pastor religioso en la comunidad de Sapahaqui, pese al accionar de la Defensoría de la Niñez en dos años no se logra consolidar el proceso legal en contra del acusado.

La población de Sapahaqui está ubicada en la provincia de José Ramón Loayza, del Departamento de La Paz, donde una menor de ocho años fue víctima de toques impúdicos por parte de un pastor religioso y pese a las pruebas entregadas por parte de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia hasta la fecha no se logra formalizar el proceso en contra de esa persona, mientras el caso fue de conocimiento de cuatro fiscales, incluido del municipio de Luribay.

En la víspera, una audiencia desarrollada en juzgados, confirman la retardación de justicia, “no se puede lograr constituir el tribunal, donde debe haber tres jueces técnicos, pero a petición y en defensa de la menor de acuerdo al artículo 183 del Código Niña, Niño Adolescente, exige desarrollar la audiencia de manera inmediata. Lo único que se ha logrado al momento es entregar las pruebas recolectadas, en contra del acusado”, explicó la profesional Martha Ponce.

Unas de las principales demandas de la Defensoría es que no se permita dar en libertad al pastor de una iglesia evangélica, mayor de edad, quien al momento se encuentra en detención preventiva en el penal de San Pedro, mientras se logre recolectar más evidencias en contra del sindicado de abuso sexual.

En tanto, la menor de ocho años, que en la actualidad tienen 10 años, presenta diferentes traumas como resultado del abuso sexual generado por el pastor religioso de 48 años, quien de acuerdo a los datos recabados por la Defensoría sería reincidente en la comisión del delito en contra de menores, más aún cuando el mismo presta servicios religiosos de ser un pastor de una congregación.

La Defensoría observa con preocupación que el organismo religioso al que pertenece el sindicado, habrían entregado certificado de buen comportamiento en favor del pastor de una iglesia evangélica, pese a ser reincidente en la denuncia de abuso sexual en contra de menores.

“Como defensa técnica incluso observamos que esta persona está buscando mecanismos no solo de retardar el proceso en su favor, sino impulsa en Sapahaqui, actos de amedrentamiento en contra de los padres de la menor, con el objetivo de lograr que los mismos consigan desistir de la denuncia. Existen como pruebas los resultados de la cámara de Gesell (una habitación acondicionada para permitir la observación con personas), informe de médico forense, además de testigos”, lamentó Ponce.

En cuanto a la menor, que en la actualidad tiene 10 años, presenta diferentes traumas psicológicos, desde el hecho, que no solo evita a ser revisada por el médico o teme de la presencia de varones, sino que enfrenta un bajo rendimiento escolar en su comunidad, como resultado de la comisión del delito.

El temor, desconfianza y conflictos de relacionarse con otros menores, es una de las secuelas que ha generado los abusos que cometía el pastor religioso de Sapahaqui en contra de una menor.

Al momento los padres no tienen otros ingresos económicos, fuera de su actividad agrícola.