Después del fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ) corresponde meditar las acciones a seguir para definir el interés nacional para salir y gravitar hacia el océano Pacífico y el Atlántico, como un hertland sudamericano.
Bolivia requiere el cumplimiento del Tratado de 1904 con Chile y se debe instrumentar el libre tránsito por los puertos de Iquique y Arica. Los mismos deben adecuarse e incrementar las facilidades para nuestras importaciones y exportaciones, ya que se tiene carga por aproximadamente 2.800.000 toneladas para nuestro país. Se debe reestructurar su diplomacia y ver la presencia del país en el contexto mundial para ganar aliados que nos apoyen en este reclamo en las Naciones Unidas, la OEA y otros organismos.
El desafío de todos los bolivianos es convertir la adversidad en oportunidad. El primer paso es reconocer lo poco que se ha hecho en Puerto Busch, en el Departamento de Santa Cruz para tener una salida al océano Atlántico; y en los puertos peruanos de Ilo, Tacna y Matarani para el sector minero, en el Pacífico. Se debe agilizar la presencia de Bolivia en todos ellos, el presidente Evo Morales instruyó a sus colaboradores potenciar los puertos Busch e Ilo.
La Cámara Nacional de Comercio y la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB) manifestaron que este sector tiene la predisposición absoluta de trabajar en forma conjunta con el Gobierno, porque entienden la importancia de los puertos en el desarrollo de toda Bolivia. “El compromiso está firme y estamos esperando que el Estado haga lo suyo”, enfatizaron Ronald Nostas y Marco Salinas.
Teniendo como objetivo que Bolivia se convierta en el heartland de Sudamérica -el país que vincule el Pacífico con el Atlántico- el plan de desarrollo económico y social del país debe tomar en cuenta la ubicación geográfica de Bolivia en esta región del mundo y aprovechar las ventajas comparativas que tiene para que el país integre esta región del continente.
Entonces, para manejar en forma adecuada todo lo relacionado con los puertos, será necesario que el gobierno defina una política de puertos, que permita aprovechar de manera eficiente tanto las vías marítimas, fluviales y lacustres, como la vinculación interoceánica. Es muy importante el proyecto del tren bioceánico que podrá ayudar en la logística intermodal de Brasil, Bolivia y Perú. Con los proyectos multimodales se espera vincular Puerto Busch con los puertos Miguel Grau e Ilo en las ciudades peruanas de Tacna e Ilo.
Para hacer realidad este proyecto, el gobierno peruano está haciendo grandes esfuerzos, tanto en la construcción del mega puerto Miguel Grau -que podría recibir barcos de hasta 350.000 toneladas- como el pavimentado del tramo caminero Tacna-La Paz, el más corto para llegar al Pacífico. Como una alternativa inmediata, el gobierno dirigió su mirada hacia Ilo que, como prometió el gobierno peruano, ampliaría la capacidad de carga y su conexión con el corredor bioceánico.
Bolivia tiene cuatro puertos cedidos por países ribereños de la Hidrovía Paraguay-Paraná, que bien utilizados podrían darnos grandes facilidades en nuestro acceso al Atlántico. Estos puertos ubicados en Paraguay, Argentina y Uruguay no se los utiliza en la actualidad, como sería de esperar.
En el tramo de la Hidrovía, tenemos a Puerto Casado en Paraguay, con el derecho a instalar agencias aduaneras y construir depósitos y almacenes; y el depósito franco y área de almacenamiento en Puerto Villeta, a menos de 40 kilómetros de Asunción. También tenemos Puerto Rosario, cedido por Argentina en 1969, el segundo puerto en importancia de este país, con un área libre de más de 54.000 m2 con derecho a instalar una Zona Franca y asignar nuestros propios agentes aduaneros para el control del comercio en tránsito.
Bolivia tiene acceso al Río Paraguay por el Canal Tamengo, donde se encuentra Central Aguirre, Gravetal y otros puertos que se vinculan al Río Paraguay a través de Corumbá-Brasil. Puerto Busch tiene acceso directo al Río Paraguay en el corredor Man Césped con 48.5 Km de extensión a través del Río Paraguay, Paraná y Río de la Plata se tienen más de 3.000 Km. navegables que con trenes de barcaza se facilitaría las importaciones y exportaciones de Bolivia.
En mi libro “Hacia el Atlántico en mérito al Tratado de la Cuenca del Plata”, indicaba que “el abaratamiento de los costos de fletes en la hidrovía, a través de su mantenimiento, hacen posible la explotación de grandes riquezas naturales que poseen los países integrantes de la Hidrovía Paraguay–Paraná, como el hierro y manganeso del Mutún, la minería del precámbrico de Bolivia, así también la exportación de soya del complejo agrícola ganadero de Santa Cruz de la Sierra entre otros. A través de esta ruta, el país puede tener acceso a puertos marítimos, menores costos por fletes, poder transportar mayor volumen de carga, además de ser el nexo fluvial con los países del Mercosur, lo que le permite acceder a un mercado potencial de 300 millones de habitantes; le daría acceso a mercados como el Estado de San Pablo, que es la capital industrial y la más poblada de Sudamérica y generar una alternativa a los puertos del Pacífico, siempre y cuando se cuente con la infraestructura adecuada y expedita”.
Como el heartland de Sudamérica, nuestra preocupación debe estar centrada en ofrecer las mejores ventajas competitivas al comercio internacional, facilitando la vinculación geográfica entre exportadores e importadores, otorgando el conjunto de operaciones secuenciales entre productores y consumidores.
El autor es Economista (UMSA), con Post Grado; Doctorado Ph.D en Relaciones Internacionales de la Universidad del Salvador de Argentina y Académico de Número de la ABCE (Academia Boliviana de Ciencias Económicas).
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