Política y sentido de viajes presidenciales

Si bien los mandatarios no deben perder contacto con sus homólogos del exterior, por supuesto han de hacerlo con los más afines, no con los de sus preferencias políticas o ideológicas sino con aquellos con los que el Estado mantiene vinculaciones de mutuo interés. Aun siendo así, ese acercamiento no debe dar lugar a frecuentes viajes que alejen a un Jefe del Gobierno de la atención que requiere el manejo del Estado y el despacho oportuno de los asuntos que dependen de su orden o visto bueno.

El presidente Evo Morales ocupa en viajes gran parte del tiempo asignado para cumplir los roles señalados por su alta investidura, por lo que sus ausencias de la sede de sus funciones provocan críticas y aun censuras de la opinión pública. Más de una vez sus viajes a otros países tienen lugar sin la antelación protocolar necesaria para que los anfitriones ajusten sus tiempos y otorguen el trato merecido a un Jefe de Estado. Inclusive tratándose de periplos privados -muy desusados a nivel presidencial- el Estado receptor tendrá que disponer medidas de seguridad y otras previsiones, cosa que no ha ocurrido debidamente, dado lo intempestivo de los últimos viajes.

La visita a llo de S.E., con motivo de presenciar el desembarque de 13.000 toneladas de mercadería concretada comercialmente por empresarios bolivianos, tampoco parece haber sido coordinada entre las cancillerías de Bolivia y Perú, de modo que el presidente Morales no fue recibido ni acompañado por su par del hermano país y ni siquiera por ministros, empero, tampoco se descarta alguna predisposición de Lima en aras de no mostrar demasiado acercamiento a Bolivia en momentos en que se dice reinar una estrecha amistad entre Lima y Santiago, además de tratarse de un hecho competitivo entre Ilo y Arica.

Otro capítulo deslucido es el viaje del Jefe del Estado recientemente a Buenos Aires, Argentina, de tipo “privado”. El motivo, recibir un homenaje de la Universidad del Trabajo, asistir a la Entrada de Integración Bolivia Baila en esa ciudad y entregar decretos o leyes para los migrantes, posiblemente éstos últimos con fines electorales. El fondo de la situación se explica claramente por las afirmaciones de un alto funcionario de la Cancillería argentina: “la vista de Morales nos pone en situación complicada y esperamos que se pueda evitar problemas”, según la agencia Infobae. La causa de la anterior declaración y de otras no menos duras, se origina en los tuits firmados por Morales, de franca injerencia en política interna de nuestros vecinos, como el que censura de “hostigamiento” contra Cristina Kirchner o el de una supuesta “base militar” en la frontera, atribuida al presidente Mauricio Macri. Felizmente nuestro presidente no tuvo una entrevista con la indicada ex presidenta, porque la misma habría tensionado más las relaciones con la Nación vecina.

Ha de ser prudente que S.E. pueda atemperar los impulsos de los encargados del envío de mensajes cibernéticos a su nombre, dirigidos a sus pares. Este tipo epistolar subido de tono enviado al gobierno de Santiago, ha cerrado -entre otras cosas- todo contacto bilateral posterior a la Sentencia de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, lo cual es un flaco favor a la magna causa nacional.