Importancia nacional de la empresa privada

La importancia de la economía privada que existe en el país es cada vez más creciente, pese a ser objeto deliberado de grandes presiones en su contra, que intentan hacerla desaparecer por medio de disposiciones oficiales inoportunas y generalmente absurdas.

La empresa privada grande, mediana y pequeña que se encuentra en todos los poros de la realidad del país y en la que están inmersos sus más de diez millones de habitantes, impulsa, entre otros, el desarrollo de las fuerzas productivas, crea fuentes de trabajo, mejora el sistema de distribución de las mercaderías y, muy particularmente, crea nuevas formas de consumo, elevando sustancialmente su calidad y cantidad.

No solo eso. Su presencia en una sociedad establecida es importante para crear y desarrollar un nuevo Estado, ágil y progresista, que, a la par, haga desarrollar la economía y conformar una justicia eficiente, con mecanismos que fortalecen el régimen democrático que lo determina.

En Bolivia, la empresa privada democrática (en el sentido económico y no solo político) tiene influencia decisiva que confirma la importancia determinante de este sector en la existencia económica del país, afirmación que no es una valoración parcial ni un autoelogio, como demuestran los datos objetivos.

Como ejemplos específicos se puede citar los siguientes: a) genera el 70 por ciento de los empleos, b) hace desarrollar de las fuerzas productivas, c) genera el 62 por ciento del Producto Interno (PIB) con precios corrientes, d) contribuye con el 96 por ciento de la recaudación tributaria (sin considerar los impuestos de YPFB), e) amplía la frontera y la exportación agrícola, f) desarrolla la tecnología, etc.

En aspectos políticos tiene rol fundamental, en cuanto a crear el Estado democrático nacional, impulsar la independencia económica del país, evitar que Bolivia adquiera la condición de colonia, tanto económica como política. Asimismo, contribuye a que Bolivia tenga soberanía real y no ficticia. Pero, fundamentalmente, hace avanzar la historia y crea la clase obrera, factor fundamental para la existencia del país. Sin embargo, la existencia de esa poderosa fuerza está amenazada por políticas económicas populistas que tratan de hacer retroceder la historia al tiempo de las cavernas, para mantener al pueblo en la pobreza, única forma de mantenerse en el gobierno.

La economía democrática está sometida a una ofensiva depredadora con aplicación de medidas irracionales, ajustes salariales sin sentido, doble aguinaldo, confiscaciones, altos impuestos, discriminación en la justicia laboral, actitudes racistas y discriminadoras. Es más, el actual aparato estatal niega toda ayuda a la empresa privada y la asfixia con el objetivo de darle muerte, facilitando, en cambio, la ineficiente economía estatal, otorgándole toda clase de ventajas (créditos, bajos impuestos, libertad de empleo, baja producción, operar a pérdida, etc.) y que, en síntesis, solo ofrece al país beneficios mínimos o inexistentes y amenaza con hacer perder todo lo progresista que había conquistado la economía democrática.