El saludo, símbolo de cortesía

El saludo y el saludar son dos poderes que cualquier ser humano puede aprender. Si tú querido amigo o tú querida amiga quiere habituarse a este poder o mejorarlo si ya lo tienes, solo debes seguir leyendo este artículo y nada más.

Saludar con energía del alma abre puertas energéticas y aumenta nuestra vitalidad, saluda con cariño y con afecto a las personas con las cuales te cruces o con las que te encuentres en tu camino, saluda con afecto a las personas de tu familia y tu hogar y tu familia mejorarán.

En tu trabajo saluda a todos con los que cruces alguna mirada, no importa si alguna vez alguien te ignora, pues esa energía de saludo vuelve a ti.

En tu ambiente de estudio saluda a todos los que puedas de la mejor manera sin olvidar al personal de servicio, pues en tu mundo de triunfador, el saludo es como una moneda de oro que das a los demás junto con una poderosa energía de amor y de vitalidad.

También puedes saludar a tus órganos vitales y les aumentarás su energía: saluda a tu hígado, saluda a tu corazón, saluda a tu estómago y también salude a tu digestión.

El poder del saludo y el acto del saludar (salud - dar) constituyen dos fuerzas gemelas que reparten y distribuyen amor y respeto a los demás y también a nuestras partes corporales que nos retribuyen con su perfecto y sano funcionar.

Ahora ya lo sabemos, las personas que no saben o no quieren saludar rompen los puentes de la buena voluntad y se van quedando en la isla de su soledad, en cambio, nosotros, los que estamos interesados en aprender a mejorar y a triunfar, podemos poner en práctica el poder de saludar con afecto, con reconocimiento a cada persona conocida o por conocer que se cruce en nuestro camino y de esta manera habremos contribuido a crear un mundo mejor.